Francia sólo compra virgen extra y exige que esté envasado en cristal
La Oficina Económica y Comercial de la Embajada Española en Francia ha elaborado un detallado informe sobre el mercado del aceite de oliva en el país galo, al que ha tenido acceso Diario JAEN. Se lo ha solicitado el Gobierno de España con vistas a preparar las campañas de promoción del oro líquido.
Los franceses son muy exigentes con el aceite de oliva. De hecho, sólo compran el de mayor calidad. El informe deja claro que Francia cuenta con un mercado bastante complicado para cualquier empresa debido a la saturación y a que sólo admite productos muy buenos y elaborados. Dice que los distribuidores son muy selectivos y dan mucha importancia a la calidad y a la presentación del aceite.
Tradicionalmente, no ha sido un país con elevadas cotas de consumo. No obstante, la Oficina Económica de la Embajada de España en Francia avisa de que la tendencia cambió en la década de los noventa y que, en los últimos cinco años, experimenta un importante aumento de la demanda. De ahí que lo considera un mercado estratégico y con tremendas posibilidades. Ahora, los franceses producen más, pese a que su cosecha es incapaz de abastecer la demanda. Por ello, compra muchas toneladas fuera, principalmente, a España, que representa el 70%.
Los consumidores franceses quieren el zumo de aceituna, exclusivamente, para aliñar ensaladas, por lo que sólo hay en el mercado virgen extra. Precisamente, en esta calidad existen tremendas diferencias respecto a precios, que varían en función de la presentación y el establecimiento que venda el producto.
con alto valor. Los franceses están convencidos de que el aceite de oliva es un producto de gama alta. La Embajada de España aconseja a los productores cuidar mucho la información que se da en la etiqueta —cuanta más, mejor—. Además, si ven el sello de una denominación de origen, aumenta su interés por el producto. Resulta sorprendente que todas las marcas de aceite venden en formato de cristal. Incluso, optan por este formato las que se dirigen al gran consumo y obvian las botellas de diseño. Asimismo, los que apuestan por presentaciones innovadoras obtienen mayor calificación entre los compradores y tienen acceso a las tiendas gourmets, lo que les garantiza más valor añadido, ya que pueden incrementar el precio porque sus clientes saben que van a un comercio de productos buenos y, también, caros.
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