Reproducción de la entrevista de diariodigitalagrario.net a Juan Vicente Gómez director general de la Asociación Española de Exportadores de Aceite de Oliva, Asoliva que considera que lo que hay que vender fuera de España es la marca del país.
''Transmitir el mensaje de denominaciones de origen, autonomías y provincias es impensable''.
—EUROPA AGRARIA. El sector del aceite de oliva ha terminado una campaña que no ha parado de tener sobresaltos: la escasa producción ha causado precios fueran cada vez más altos. Esto, ¿cómo se ha notado en la exportación?
—JUAN VICENTE GÓMEZ. Con menos volumen de cosecha, ha habido menos exportación, cosa lógica. La incidencia en el granel ha sido mayor pero, según los datos de las empresas asociadas en Asoliva, la exportación del envasado ha crecido en toda la Unión Europea, mientras que ha descendido en países terceros. Pero esto último también se debe a otras cuestiones: a la variación del área dólar y a que estos países no entienden muy bien las variaciones de precios.
—E.A. De la producción total española, ¿cuánto se exporta?
—JV.G. La media de los últimos años es la mitad de la producción, sobre un 49,4 por ciento. Además, cada vez producimos más y la exportación se hace más necesaria porque el consumo interno es muy estable, con unos 14 litros de aceite de oliva per cápita/año, una cifra difícil de superar. La tendencia en el exterior es creciente, con potencial de crecimiento.
—E.A. Y, ¿cómo se exporta más: a granel o en envasado?
—JV.G. En cifras globales, alrededor del 80 por ciento es a granel y el resto en envase.
—E.A. Actualmente, ¿cuáles son los mercados más emergentes para el aceite de oliva español?
—JV.G. Se habla mucho de China, de la India, de Rusia... Y es cierto, porque en esos países se está formando una clase media con capacidad de adquisición.
Acortando posiciones
—E.A. Italia, ¿sigue siendo el país al que más se exporta?
—JV.G. A granel, por supuesto, luego viene Francia y Portugal. En cuanto a aceite envasado, el primer mercado es Estados Unidos, seguido de Australia, Japón, Brasil...
—E.A. Pero Italia, además de nuestro principal cliente, ¿no es también nuestro mayor competidor?
—JV.G. En envasado, por supuesto. Italia tiene que importar a granel porque con su cosecha no tiene bastante para su consumo interno y para la exportación. Está en el centro de países suministradores como Grecia, Túnez y España y todos los años importa de otros países. ¿Qué aceite es el que exportan? Puede ser el propio o el que sea. Lo que pasa es que hace unos años los italianos tenían mucha ventaja sobre nosotros y ahora ya no hay tanta. En cualquier mercado, España e Italia suman el 80 ó 90 por ciento de la cuota de aceite envasado, en algunos España supera a Italia, pero por ejemplo, en Estados Unidos, los italianos tienen casi el 70 por ciento del mercado y nosotros el 20.
Buscando la unión
—E.A. España cuenta con varias denominaciones de origen de aceite de oliva que marcan una identidad propia. Fuera de España, estos sellos ¿ayudan a la exportación o confunden al consumidor?
—JV.G. Creo que las denominaciones de origen han tenido poca actividad de cara al exterior. Lo que nos falta es conseguir una mayor percepción por parte del consumidor extranjero de que el aceite de oliva español es de buena calidad y que ofrece una buena presentación. Transmitir un mensaje de 20 denominaciones de origen, autonomías o incluso provincias es impensable; me parece una locura diversificar tanto porque no tenemos tantos medios. Con esto no quiero criticar a quienes lo hacen, porque entre otras cosas es lógico que lo hagan, pero deberíamos concentrarnos y coordinarnos más en este esfuerzo.
—E.A. Los problemas o retos que hay que superar a la hora de exportar, ¿son hoy los mismos que hace unas décadas?
—JV.G. Creo que siempre es el mismo: conseguir un mejor posicionamiento en algunos mercados. En EEUU tenemos dos planes: uno dirigido a la gran distribución y otro a los establecimientos delicatessen. El reto sería que el consumidor tuviera una percepción del aceite español igual que la tiene del italiano.
—EUROPA AGRARIA. El cultivo del olivar y la producción de aceite de oliva están de moda. En los últimos años nuestro país ha recibido la visita de gentes de China, California o Argentina para copiarnos los sistemas de producción. En lugar de enseñarles, ¿deberíamos ser cautelosos porque en un futuro pueden ser nuestros competidores?
—JOSÉ VICENTE GÓMEZ. Creo que hay que tenerlos muy en cuenta y no se está haciendo. En España nos miramos demasiado el ombligo porque somos el primer país productor y la calidad ha mejorado, pero hay que tener en cuenta a los demás. Argentina puede llegar a las 60.000 toneladas de producción de aceite de oliva, cuando su consumo es bajo, así que lo tendrá que exportar; en Sudáfrica hay una asociación de oleicultores; California es un punto importante y en el norte de Africa se están aumentado las cosechas. La producción de aceite de oliva está subiendo en todo el mundo, incluso en España todavía no hemos tocado techo; si se va aumentado el consumo, habrá sitio para todos.