Tres promotores ponen en marcha ‘Molino del Aire’ para elaborar un aceite de oliva rico en valores
En pleno Campo de Montiel, la familia Medina vuelve a su pueblo para “devolver a nuestros orígenes lo que nos han dado, conservar el medio ambiente y preservar nuestro paisaje”
Olivas centenarias, en pendiente y de secano pero que dan un aceite ecológico de muy alta calidad
En las siguientes fases del proyecto prevén la construcción de una almazara para dar servicio a otros pequeños olivicultores y un programa de olteoturismo
“Devolver a nuestros orígenes lo que nos han dado, conservar el medio ambiente, preservar nuestro paisaje, hacer un homenaje a nuestros padres” son algunos de las razones que los tres promotores del nuevo proyecto “Molino del Aire” han tenido en cuenta para ponerlo en marcha en su tierra, Villamanrique (Ciudad Real), y con todo ello “hacer un buen aceite de oliva” en una primera fase, para luego acometer la construcción una pequeña almazara y un programa de olteoturismo. La familia, formada por Juana Selas y los hermanos José María y Gracia Medina, ha vuelto a sus orígenes, esta pequeña localidad situada en el Campo de Montiel, para no dejar morir el olivar de su familia y elaborar un aceite de oliva de calidad que además cuenta una historia. “Normalmente la gente que emigra al extranjero siempre quiere regresar a su país de origen, pero los que emigramos de campo a la ciudad solo vuelen al pueblo por ocio o cuando se han jubilado pero hacen su vida en la ciudad que han elegido”, reflexiona Gracia Medina. Sin embargo, ella decidió tras años viviendo en Madrid dónde había desarrollado su vida profesional volver a sus orígenes. “Nuestra comarca campo de Montiel, es una tierra a caballo entre Ciudad Real, Jaén, Albacete, y Villamanrique es el pueblo más pobre de la región, tiene una despoblación tremenda y de los de menor renta per cápita a nivel nacional”.
Sin embargo, esto les animó aún más a acometer el proyecto porque se dieron cuenta que si no hacían algo iban a perder “el olivar heredado” que le había costado tanto esfuerzo a su familia. Por ello se embarcaron en esta aventura para “hacer primero un pequeño homenaje a nuestros padres por el esfuerzo que han hecho y también homenajear al origen” y , por supuesto, hacer “un proyecto bonito y que sea un buen negocio”.
Tenían lo más importante, el olivar de su familia ya daba un aceite de una extraordinaria calidad y decidieron convertir en valores lo que para otros serían hándicaps: “Nuestro olivar tiene unas peculiaridades que la tienen la mayoría de los olivares españoles y que están en peligro de perderse: un olivar de secano, nuestros olivas tienen más de 140 años, algunas 150, es un olivar no muy grande por lo que la rentabilidad es pequeña, está en pendiente, no se puede mecanizar, o sea todo está en contra”.
Porque todo esto hacer que este olivar “nos dé un aceite extremadamente bueno, un picual 100% “, y para ello decidieron salirse de los cauces tradicional, hacer algo distinto de lo que decide la mayoría: vender a granel o llevar las aceitunas a una cooperativa.
“Decidimos salvarlo, llevarlo a ecológico, regenerar el suelo, generar biodiversidad, trabajar para recuperas cosas que se han perdido por usos equivocados”, señala Gracia Medina.
La primera parte del proyecto es generar un aceite de oliva virgen extra ecológico que va dirigido a un público “ que tenga estos mismos valores, lo de luchar para conservar el paisaje , generar valor, apostar por el futuro, apostar por un campo más sano, intentar frenar la despoblación tan brutal aportando valores”, señala. A punto recoger la primera cosecha de este proyecto, que empezara a recolectarse el próximo 7 de octubre ya que recogen en verde, y pese al daño que les han hecho las últimas tormentas, cree que podrán poner en el mercado 5.000 litros de aceite ecológico ‘Molino del Aire’, 100 por 100 Picual y 20.000 litros con el nombre “De tres pies”, Coupage Temprano de tres variedades y que aunque se cultiva en ecológico aún no tiene la certificación. Según la promotora del proyecto, con este coupage “vamos a adaptar el producto más al gusto del consumidor medio, porque el picual cien por cien tiene amargor y un picor característicos, nosotros le vamos a añadir una o dos variedades para rebajar esas sensaciones, para suavizarlo y darle un matiz más frutal”.
La siguiente fase del proyecto es la construcción de una pequeña almazara para dar servicio de molturación a otros pequeños propietarios de olivares como ellos. “Nos hemos encontrado que igual que nosotros hay centenares de personas de los pueblos de la comarca que viven fuera y se encuentra con olivares cada vez más pequeños porque se van parcelando por herencia, que no son rentables. Se ven en una tesitura de, o lo abandono o lo doy para que lo lleve alguien, pero les hace ilusión hacer un aceite de sus olivas, y entonces le vamos a dar ese servicio: de tus olivas, vamos hacer tu aceite, es “un capricho”.
En una tercera fase se proponen acometer un proyecto de actividades oleoturisticas porque “para nosotros es importante redondear el proyecto, llevar gente a que conozca nuestra tierra. Tenemos una cultura milenaria, en una zona de encuentro entre estribaciones Sierra morena, de Sierra del Segura y queremos traernos gente que quiera conocer el tema del aceite, visitar la almazara, contribuir a que todo el mundo participe del oleoturismo”.
Fuente:eldiario.es