Las Fuerzas del Orden tienen que vérselas, cada cierto tiempo, con grupos especializados que, como si se tratara de droga, se dedican a traficar con aceite de oliva, el principal recurso jiennense. Los robos a almazaras u otros delitos relacionados traen de cabeza a este sector, clave para la provincia.
Vito Corleone, el magistral personaje que inmortalizó Francis Ford Coppola en “El Padrino”, era un italiano que, de pobre emigrante, pasó a próspero mafioso en el Nueva York de principios del siglo XX. El primer negocio que abrió este carismático delincuente fue una empresa que, de los olivares de su Sicilia natal, importaba aceite de oliva a los Estados Unidos, era la “Genco Olive Oil”. Actualmente, en el Jaén del siglo XXI, delincuencia organizada y el zumo de oliva están relacionados y no se trata de ficción. En la tierra en la que se produce un quinto de todo el aceite del mundo, los grupos que se dedican a robar este producto tienen, a la fuerza, que intentar obtener beneficios con su ilegal negocio. No sólo eso, los delitos relacionados con el monocultivo también consisten en ocasiones en la falsificación de la grasa o en el engaño a los pequeños productores y, todo eso, sin olvidar el tradicional robo de la aceituna en los propios olivares.
El último episodio de esta historia de aceite y delito es el descubierto por la Guardia Civil de Murcia, en colaboración con la Policía Judicial de la Comandancia de Jaén y de agentes del Cuerpo de los lugares en los que se detectaron robos, como Albacete, Toledo, Almería o Badajoz. Hay once detenidos, diez italianos y un español. Estos, perfectamente organizados, se dedicaban a asaltar los depósitos de las almazaras de zonas productoras, cómo no, de Jaén. Algunos de los miembros de la banda tienen relación con otra red que, entre 2002 y 2007, se dedicaron a saquear fábricas de aceite jiennenses y otros municipios españoles. El sistema que emplean es simple, pero, a corto plazo, eficaz. De noche, un grupo formado por varios individuos llega a la almazara. Aprovechan la oscuridad para trasvasar el aceite virgen extra de los depósitos a camiones cisterna. La carga se almacena en naves “seguras” o, como en el caso del grupo que cayó en 2007, en el marco de la operación “Cisterna” de la Benemérita, en los depósitos del Patrimonio Comunal Olivarero. Estos ladrones son difíciles de descubrir, porque no se quedan en la simple sustracción, sino que recurren a la “contabilidad creativa” y la creación de sociedades fantasmas para dar apariencia de legalidad a la mercancía de la que se apropian. Aunque reconocen la labor de las Fuerzas del Orden, los productores de aceite se han visto obligados a “blindar” las almazaras y los depósitos en los que se guarda el virgen extra. En algunas ocasiones, los ladrones se hacen con partidas de gran calidad con un valor que rondaba el medio millón de euros, una ruina para los cooperativistas. José Rodríguez Cámara/Jaén
Una banda con cerebro italiano y sede en Baeza
Dos empresas, con sede en Baeza, y como único administrador figuraba un ciudadano italiano, eran la tapadera para un grupo dedicado al robo de aceite en Jaén y otras provincias españolas y la compraventa de este oro líquido entre España e Italia. El entramado cayó en 2007, pero se le atribuyen dieciocho asaltos a almazaras cometidos desde 2002.
Llevar a los implicados ante la Justicia supuso uno de los mayores retos para la Guardia Civil de Jaén, al frente de la llamada operación “Cisterna”, un trabajo que no hubiera sido posible sin una estrecha colaboración entre las autoridades nacionales y la Policía y la Justicia transalpinas. El resquicio que permitió derrumbar el entramado construido por el cerebro de la trama, Calogero Agro, fue la localización de un camión, con matrícula italiana, que transportaba aceite desde Lérida hasta los depósitos del Patrimonio Comunal Olivarero en la Estación de Espeluy. El conductor, el único español detenido en la operación, ni pudo justificar la procedencia de la carga ni el motivo por el que la documentación que portaba indicaba que transportaba orujo en lugar de virgen extra. Hubo que inspeccionar almazaras y depósitos, realizar escuchas telefónicas y descubrir que, en la sede social de dos empresas, en la ciudad baezana, no había sociedad alguna. La firma, eso sí, tenía actividad que consistía en “lavar” la procedencia de lo robado mediante la emisión de facturas falsas y a través de compras a las almazaras que luego eran robadas.
Golpe a una red dedicada a falsificar virgen extra
La operación “Colesterol” dio al traste, en 2006, con una red que se dedicaba a hacer pasar por virgen extra una grasa que era fruto de mezclas. Esta acción contra el fraude supuso un ejemplo de colaboración entre tres Cuerpos de Seguridad, la Policía Nacional, la Guardia Civil y los Mossos d’Esquadra. La actividad de los investigadores se centró en Calaluña, Baena y Lucena, en Córdoba, y Mancha Real, donde se decomisaron importantes partidas de aceite y envases listos para su distribución. El producto se comercializaba en el Levante y en la comunidad catalana, a través de diversas empresas de distribución mayorista y en autocares, en los que viajaban jubilados y turistas.
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