El aceite de oliva pierde el liderazgo frente al de semillas en el mercado.
El severo encarecimiento del aceite de oliva en 2006 provocó un descenso en las ventas del 11,05 por ciento en el conjunto del ejercicio, según las estadísticas internas de la Asociación Nacional de Industriales y Refinadores de Aceites Comestibles (la patronal Anierac). Este porcentaje posee una doble trascendencia. Por un lado, se trata del primero que confirma el impacto de la subida de precios en el consumidor final, que optó por grasas alternativas. Y por el otro, se rompe, por vez primera en casi una década, la tendencia creciente de un mercado, el del oro verde, que vuelve a ceder el liderazgo de la comercialización a manos del de semillas.
Anierac, que aglutina a la mayoría de las envasadoras que operan en España -aunque entre sus socios no está una de las grandes, el grupo cooperativo andaluz Hojiblanca-, comercializó el año pasado 338,86 millones de litros de aceite de oliva, con ese recorte del 11,05 por ciento. Este descenso duplicó con creces el aflorado para el conjunto de las grasas comestibles, que fue del 4,74 por ciento, hasta quedar en 730 millones de litros.
Una circular de esta asociación, rubricada por su director general, Primitivo Fernández, atribuye este descenso de las ventas (y por tanto, del consumo, al estar medidas en litros, no en euros) al aumento de los precios finales, que absorbieron íntegramente, aunque con retraso, la desmesurada escalada de cotizaciones en los mercados de origen (agrarios o a salida de almazara), donde hubo extremos de 4,3 euros por kilo a principios de 2006.
Todas las categorías del aceite de oliva existentes se vieron perjudicadas, siendo el retroceso más suave para el virgen extra, con un 0,37 por ciento, y el más acusado, del 17,86 por ciento, en el caso del virgen. En el caso del aceite de orujo de oliva -y también arrastrado por la progresión de precios-, se vendieron 23,6 millones de litros, un 6,03 por ciento menos. Por tanto, el hermano pequeño del olivar, el orujo, no se benefició del declive que padecieron sus parientes mayores.
Como no podía ser de otra forma, los aceites de semillas son los que se vieron favorecidos por la pendiente del de oliva, puesto que incrementaron su saldo un 2 por ciento, con 367,89 millones de litros comercializados (suma 7,2 millones, frente a los 42 millones que resta el oro verde ).
Así, el de girasol, que es el más directo rival del aceite de oliva, creció un 1,36 por ciento en ventas, si bien los porcentajes de mayor envergadura correspondieron al maíz (35,6 por ciento) y a las semillas diversas, como algodón, colza, pepita de uva y cacahuete (72,34 por ciento).
¿Y el resultado? En el ejercicio de 2006 las ventas de aceites de semillas volvieron a superar en ventas a los de oliva. En concreto, para los primeros fueron 367,89 millones de litros, frente a los 338,85 del zumo de la aceituna -362,5 si se agrega el orujo de oliva-. En 2005, esos volúmenes fueron, respectivamente, de 360,65 y 380,99 millones.
La importancia de las estadísticas del Anierac es que hacen referencia a producciones envasadas, no a granel, de ahí que calibren la evolución real del consumo. Una última consecuencia de la revalorización del aceite de oliva es la mayor presencia de las marcas blancas (las etiquetas propias de las cadenas de distribución), que, con un menor precio, siguen ganando peso frente al sello con firma de las envasadoras. Si en 1999 el 28,3 por ciento del oro verde
se vendía bajo marca blanca, el porcentaje se elevaba al 39,2 por ciento en 2003 y al 48 por ciento en 2005, de forma que 2006 tuvo que rebasar el listón del 50 por ciento.El campo al día.
fuente: eldiadecordoba.es
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