Solo el 10% de los hogares argentinos consume aceite de oliva
En nuestro país el aceite de oliva se encuentra sólo en el 10.5% de los hogares, y es usado mayoritariamente como condimento (90%), siendo su uso para cocinar, más reducido (39%).
Es así que cada cual orienta su consumo hacia lo que tiene en mayor
cantidad, mas barato, y culturalmente más afín, así lo indicó el
especialista Mariano Steiner.
Desde 1990, año en el que comienza
nuestro análisis, la producción tanto Argentina como mundial de aceite
de oliva ha ido en aumento, sin embargo con algunos altibajos. A nivel
mundial, el 99% de la producción de aceite de oliva se concentra en 16
países. Y tan sólo 4 de ellos - España, Italia, Grecia y Túnez-,
producen el 80% del aceite de oliva mundial. Nuestro país tiene una
participación mínima en el mercado mundial, con el 0.9% de la
producción.
Nos resulta interesante evaluar, para nuestro país,
cómo es la relación entre la producción, las exportaciones y las
importaciones respecto de este producto. Prácticamente en la última
década, las importaciones se redujeron a unos pocos cientos de toneladas
anuales, básicamente productos orientados a un mercado Premium. Por
otro lado, las exportaciones han aumentado al ritmo de la producción, y
aún más. En consecuencia, si las exportaciones son altas y crecientes en
relación a la producción, y las importaciones bajas ¿qué pasa con el
consumo interno?
Hemos realizado nuestro propio análisis
en base a datos de producción, importaciones y exportaciones
suministrados por la FAO, y datos de población del Indec, con el fin de
validar la Informacion disponible, y hemos obtenido un número muy
similar de (0.167 kg/hab/año), sin embargo hemos usado 0.15 kg/hab/año
que es el que suministra el COI y es el utilizado normalmente. El
consumo per cápita en Argentina es 100 veces menor que el de Grecia. ¿Es
esto necesariamente negativo? Debemos analizarlo con cuidado. En un
país cerealero como el nuestro, la mayor proporción de consumo de aceite
por supuesto lo tienen las oleaginosas.
Partiendo de un consumo
per cápita de aceite que es aproximadamente la mitad que el de Grecia, a
su vez el 98% de ese consumo es de aceite de semillas. En Grecia ocurre
exactamente al revés, prácticamente todo el consumo de aceite
corresponde al de oliva. En nuestro país el aceite de oliva se encuentra
sólo en el 10.5% de los hogares, y es usado mayoritariamente como
condimento (90%), siendo su uso para cocinar, más reducido (39%). Es así
que cada cual orienta su consumo hacia lo que tiene en mayor cantidad,
mas barato, y culturalmente más afín.
Comercialmente
podemos preguntarnos: ¿tiene mercado en el consumo interno el aceite de
oliva? Si nos comparamos con otros países, sí, claro que tiene futuro.
Pero… ¿Cuál es su techo? Creemos que esta pregunta no tiene respuesta
posible más allá de las especulaciones.
El aceite de oliva, más
allá de sus bondades nutricionales y relacionadas con la salud, no nos
es culturalmente afín, y afianzarlo entre el público tiene por delante
un largo camino. Además, su precio en relación a aceites de semilla es
muy elevado.
Como conclusión de los datos precedentes,
podemos decir que el consumo interno de aceite de oliva debería aumentar
paulatinamente en los próximos años, de cumplirse con algunos de los
puntos que se detallan a continuación:
1. Adecuada divulgación de los beneficios de su consumo.
2. Incentivos a la producción para bajar los precios al disponer de más cantidad.
3.
Adecuado equilibrio entre las exportaciones y lo que se destina al
mercado local, de modo de bajar los precios al consumidor local.
4. Cambio de hábitos de consumo (“dieta mediterránea”).
5.
Estandarización de la calidad “virgen extra” como la norma a seguir,
con la consecuente “des premiumización” del producto y baja de márgenes
de comercialización.
6. Relacionado con el punto anterior,
al considerar el producto como Premium los intermediaros manejan
márgenes de remarcado elevados, con lo cual se distorsiona el precio al
consumidor.
Fuente:jornadasonline.com
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