06 noviembre, 2012

Cultivo de olivos para producir aceite atraviesa un momento de auge en Uruguay y su productividad "está lejos de ser la máxima"

El sector olivícola uruguayo tiene desde 2002 una etapa de crecimiento sostenido. Además, ya son varias las marcas uruguayas de aceite de oliva extravirgen que han cosechado premios a nivel internacional por su calidad. En diálogo con En Perspectiva, el vicepresidente de la Asociación Olivícola del Uruguay (Asolur), Alberto Peverelli, destacó las virtudes del cultivo, cuyo desarrollo es también ayudado por las características del suelo y el clima que tiene el país. Las plantaciones requieren unos ocho o nueve años para alcanzar la madurez y la productividad actual a partir de las 9.000 hectáreas plantadas "está lejos de ser la máxima". Además, explicó que la mayoría de las producciones de olivo en Uruguay "son pequeñas", con áreas cultivadas de entre 10 y 50 hectáreas. Pese al gran crecimiento del rubro, para Peverelli Uruguay "no es un país que pueda competir a nivel internacional con volumen", por lo cual destacarse a nivel de calidad "es fundamental".

 Las primeras plantaciones de olivos en Uruguay se remontan a 1940. Alrededor de 100 hectáreas en el departamento de Río Negro marcaron por ese entonces el inicio de la actividad. En la década del 50, otros rubros más rentables como la citricultura y la ganadería frenaron la expansión de aquel cultivo.

Sin embargo, desde el año 2002 el sector vive una nueva era de crecimiento sostenido. De la mano de inversores nacionales y extranjeros, los olivares se han ido multiplicando. La mayoría de las plantaciones están orientadas a la fabricación de aceite, aunque existen algunas experiencias que apuntan a la producción de aceitunas de mesa.

El empuje de este rubro determinó que en la última zafra, entre enero y abril, se llegaran a elaborar 550.000 litros, cuadruplicando los números del año pasado. Pero la cosa va también muy bien en materia de calidad. Son varias las marcas de aceite extravirgen que ya cosecharon premios importantes por su calidad a nivel internacional.

Para conocer más sobre las plantaciones de olivos y la producción de aceite, estamos con el vicepresidente de la Asociación Olivícola del Uruguay (Asolur), Alberto Peverelli, productor de olivos desde hace tres años y licenciado en Bioquímica.

En primer lugar vamos a las causas, ¿dónde están las claves para entender el crecimiento que tiene el sector y el desarrollo que se está dando de la cadena de producción?

ALBERTO PEVERELLI:
Esto empezó con algunas inquietudes de algunos inversores en el año 2002, en plena crisis, buscando rubros alternativos a las producciones que teníamos en ese momento en Uruguay . En ese sentido, la demanda por alimentos saludables ha venido incrementándose a nivel internacional desde hace varias décadas, y el aceite de oliva se presentó como una posibilidad para algunos de estos grupos inversores.

EC - ¿Cuáles son sus virtudes desde el punto de vista de la alimentación saludable?

AP - Es considerada una de las grasas de consumo humano más sanas que existen, es una de las pocas, por no decir la única, grasas que se producen tal cual como se producen en la naturaleza, no sufre ninguna transformación química, ningún proceso químico. Muchas veces se lo denomina “jugo de aceituna”, porque debido al proceso de extracción, al menos el aceite extravirgen, que es el de mejor calidad, pero también el aceite virgen, que no deja de ser también un aceite de buena calidad, son 100% naturales, el aceite es el jugo de la aceituna directamente sin ningún proceso químico de por medio.

EC - ¿Por esas razones en el mundo ha estado creciendo este mercado y por lo tanto se abrieron oportunidades por ejemplo para Uruguay?

AP - Sí, la tendencia al crecimiento empezó bastante antes que las plantaciones en Uruguay. En Uruguay en el año 2002 se buscó la oportunidad de nuevos cultivos alternativos por la situación que se tenía, y en ese sentido una serie de inversores apuntaron al olivo y empezaron las primeras experiencias. El INIA también empezó algunos ensayos en esa época, y el sector fue creciendo, en un principio más lentamente, y después se fueron dando los primeros resultados positivos. Por supuesto que hubo experiencias negativas que hubo que mejorar, y al día de hoy seguimos mejorando todos los procesos. Pero eso nos ha permitido a lo largo de estos 10 años aproximadamente estar llegando a esas 9.000 hectáreas de olivicultura moderna.
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