El sector olivícola uruguayo tiene desde 2002 una etapa de crecimiento
sostenido. Además, ya son varias las marcas uruguayas de aceite de oliva
extravirgen que han cosechado premios a nivel internacional por su
calidad. En diálogo con En Perspectiva, el vicepresidente de la
Asociación Olivícola del Uruguay (Asolur), Alberto Peverelli,
destacó las virtudes del cultivo, cuyo desarrollo es también ayudado por
las características del suelo y el clima que tiene el país. Las
plantaciones requieren unos ocho o nueve años para alcanzar la madurez y
la productividad actual a partir de las 9.000 hectáreas plantadas "está
lejos de ser la máxima". Además, explicó que la mayoría de las
producciones de olivo en Uruguay "son pequeñas", con áreas cultivadas de
entre 10 y 50 hectáreas. Pese al gran crecimiento del rubro, para
Peverelli Uruguay "no es un país que pueda competir a nivel
internacional con volumen", por lo cual destacarse a nivel de calidad
"es fundamental".
Las primeras plantaciones de olivos en Uruguay se remontan a 1940.
Alrededor de 100 hectáreas en el departamento de Río Negro marcaron por
ese entonces el inicio de la actividad. En la década del 50, otros
rubros más rentables como la citricultura y la ganadería frenaron la
expansión de aquel cultivo.
Sin embargo, desde el año 2002 el
sector vive una nueva era de crecimiento sostenido. De la mano de
inversores nacionales y extranjeros, los olivares se han ido
multiplicando. La mayoría de las plantaciones están orientadas a la
fabricación de aceite, aunque existen algunas experiencias que apuntan a
la producción de aceitunas de mesa.
El empuje de este rubro
determinó que en la última zafra, entre enero y abril, se llegaran a
elaborar 550.000 litros, cuadruplicando los números del año pasado. Pero
la cosa va también muy bien en materia de calidad. Son varias las
marcas de aceite extravirgen que ya cosecharon premios importantes por
su calidad a nivel internacional.
Para conocer más sobre las plantaciones de olivos y la producción de aceite, estamos con el vicepresidente de la Asociación Olivícola del Uruguay (Asolur), Alberto Peverelli, productor de olivos desde hace tres años y licenciado en Bioquímica.
En
primer lugar vamos a las causas, ¿dónde están las claves para entender
el crecimiento que tiene el sector y el desarrollo que se está dando de
la cadena de producción?
ALBERTO PEVERELLI:
Esto empezó con
algunas inquietudes de algunos inversores en el año 2002, en plena
crisis, buscando rubros alternativos a las producciones que teníamos en
ese momento en Uruguay . En ese sentido, la demanda por alimentos
saludables ha venido incrementándose a nivel internacional desde hace
varias décadas, y el aceite de oliva se presentó como una posibilidad
para algunos de estos grupos inversores.
EC - ¿Cuáles son sus virtudes desde el punto de vista de la alimentación saludable?
AP
- Es considerada una de las grasas de consumo humano más sanas que
existen, es una de las pocas, por no decir la única, grasas que se
producen tal cual como se producen en la naturaleza, no sufre ninguna
transformación química, ningún proceso químico. Muchas veces se lo
denomina “jugo de aceituna”, porque debido al proceso de extracción, al
menos el aceite extravirgen, que es el de mejor calidad, pero también el
aceite virgen, que no deja de ser también un aceite de buena calidad,
son 100% naturales, el aceite es el jugo de la aceituna directamente sin
ningún proceso químico de por medio.
EC - ¿Por esas razones en
el mundo ha estado creciendo este mercado y por lo tanto se abrieron
oportunidades por ejemplo para Uruguay?
AP - Sí, la tendencia al
crecimiento empezó bastante antes que las plantaciones en Uruguay. En
Uruguay en el año 2002 se buscó la oportunidad de nuevos cultivos
alternativos por la situación que se tenía, y en ese sentido una serie
de inversores apuntaron al olivo y empezaron las primeras experiencias.
El INIA
también empezó algunos ensayos en esa época, y el sector fue creciendo,
en un principio más lentamente, y después se fueron dando los primeros
resultados positivos. Por supuesto que hubo experiencias negativas que
hubo que mejorar, y al día de hoy seguimos mejorando todos los procesos.
Pero eso nos ha permitido a lo largo de estos 10 años aproximadamente
estar llegando a esas 9.000 hectáreas de olivicultura moderna.
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