800 millones de pérdidas llevan a los olivareros andaluces a la calle

La primera medida de protesta tendrá lugar el 29 de enero con un paro de los olivareros en Jaén. Desde COAG confían en que todo el sector andaluz se implique y "arrime el hombro" en defensa de un cultivo que en la actualidad no cubre costes.

Las cuentas de la insostenible situación por la que atraviesa el sector olivarero son contundentes. En enero de 2008 había un precio en origen de 2,60 céntimos de euros y en enero de 2009 lo que se paga por el aceite se sitúa en tan solo 1,80 céntimos.

El secretario de organización de COAG-Andalucía, Eduardo López, ha explicado, en declaraciones a AGROCOPE, que los olivareros han perdido "con las previsiones de la campaña que está en estos momentos recolectándose, alrededor de 980.000 toneladas, que multiplicadas por 80 céntimos dan como resultado pérdidas de 800 millones de euros".

Una situación que "no se puede mantener", según López, dado que actualmente el precio de 1,80 céntimos está muy por debajo del umbral de rentabilidad, de forma que "más del 90 por ciento del olivar andaluz tiene unos costes de producción por encima de ese precio".

De ahí que la organización haya hecho un llamamiento a todo el sector para que se movilice en defensa del cultivo. Aunque los planes son implicar a los productores de toda la comunidad, la primera protesta se va a desarrollar en Jaén, donde el próximo 29 de enero se ha convocado un paro olivarero.

Se trata de hacer ver, como denuncia López, que el sector se encuentra en un "momento preocupante e incluso inexplicable" porque "el consumo a nivel mundial del aceite está por encima de la propia producción" por lo que en este caso no se cumple la norma de a mayor demanda mayor precio sino que ocurre todo lo contrario.

El dirigente de COAG reconoce que hay un problema de atomización con la existencia de más de 1.800 almazaras, pero lo más grave es que se registra una situación de "oligopolio por la actuación de tres grandes grupos que controlan más del 80 por ciento del aceite a nivel mundial".

Para López estos grupos aplican toda una estrategia para ganar cuota de mercado "a costa de comprar el producto al menor precio posible mezclando nuestro zumo de oro con otros aceites de origen vegetal y distorsionando el mercado", algo permitido por la Unión Europea pero que COAG considera moralmente inaceptable.
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