El cambio climático adelantará la aceituna y acabará con el cereal
Un estudio científico avala que las temperaturas subirán entre 2 y 4 grados
El olivar es un cultivo duro, por lo que aguantará bien el cambio
climático que se avecina derivado del calentamiento global del Planeta.
Sin embargo, seguro que muchos, dentro de cincuenta años, se
sorprenderán cuando lean o les cuenten que la mayoría de los aceituneros
se echaban al campo en el Puente de la Inmaculada y que el olivar
florecía en Jaén a finales de mayo. También verán raro que existieran
agrupaciones de productores de la sierra que fumigaban sus olivos con
avionetas durante agosto y septiembre para evitar que una mosca picara
el fruto.
Un estudio científico publicado en la revista
“Proceedings of the National Academy” de EE UU retrata cómo serán las
fincas aceituneras y el rumbo que tomará la agricultura jiennense. La
temperatura subirá en la provincia, lo que se notará en los cultivos. Se
espera que lo haga entre dos y cuatro grados centígrados, por lo que,
si ahora en verano se llega a los 40 o 41, veremos los 45 en los
termómetros. Lloverá mucho menos, pero, cuando lo haga, será de una
manera menos controlada, ya que fenómenos muy lejanos, como El Niño —por
ejemplo— afectarán aquí mucho más por la incapacidad de los océanos de
ejercer como reguladores ambientales. Sin embargo, el olivar resistirá
bastante bien.
Se espera que la floración se adelante entre 18 y
20 días, por lo que, a finales de abril, ya se verá el polen por Jaén.
Esto hará que la cosecha se forme antes y, también, madure más rápido,
ya que se someterá a una mayor temperatura. Si los aceites tempranos se
hacen con aceituna recogida en octubre, habrá que anticiparse aún más.
Por eso, habrá tajos que estarán en marcha en septiembre. Asimismo, lo
normal será que la recolección esté totalmente generalizada a comienzos
de noviembre —ahora se realiza un mes después—.
El estudio de
“Proceedings of the National Academy” redunda en la desaparición de la
mosca del olivo. Al parecer, el calentamiento de la provincia borrará
una de las principales plagas que sufre el aceite de oliva y que resulta
tremendamente perjudicial para la calidad de los caldos. No obstante,
los olivareros tendrán que ser mucho más eficientes en los riegos porque
dispondrán de muy poca agua para sacar hacia adelante las cosechas.
Por
otro lado, el profesor de Ecología de la Universidad de Jaén Antonio
José Manzaneda Ávila augura que la falta de precipitaciones hará que el
cultivo del cereal, prácticamente, desaparezca de la provincia
jiennense. No obstante, el científico afirma que surgirán nuevas
oportunidades y que, incluso, pueden estar ligadas a la agroindustria
que ahora se desarrolla.
La uva necesitará cultivarse a más altitud, por lo que puede convertirse en un complemento perfecto para el olivar.
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