SOS se querella contra los Salazar

HUYENDO DEL EMBARGO
Los ex ejecutivos declaran la suspensión de pagos


Los hermanos Jesús y Jaime Salazar, máximos responsables del grupo SOS hasta hace sólo un mes, tendrán que responder ante los tribunales por el autocrédito de 212 millones y otros préstamos que presuntamente fueron utilizados para especular en Bolsa.

El consejo de la compañía líder mundial en aceite de oliva ha aprobado imponer una querella contra los dos ex ejecutivos, por apropiación indebida y administración fraudulenta, según ha comunicado la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

Los 15 miembros del consejo, con la excepción de Jesús Salazar y Jaime Pereña Brand -nombrado consejero por cooptación tras la dimisión de Jaime Salazar-, que se ausentaron en la votación, decidieron por unanimidad interponer la querella contra los dos ex ejecutivos y el entramado de empresas a las que fueron a parar los desvíos de dinero.

La defensa de los intereses de SOS se ha encomendado al despacho CMS Albiñana y Suárez Lezo.

Los hermanos Salazar fueron destituidos el 30 de abril, después de destaparse un autocrédito en 2008 por 212 millones de euros a sociedades vinculadas a ambos ex ejecutivos y el desvío de fondos por otros 25 millones durante el primer trimestre de 2009.

Jesús y Jaime Salazar se mantienen como accionistas de la compañía con el 16,729% y del 9,659%, respectivamente, pese a que Ahorro Corporación, banco de inversión acreedor, ha ejecutado acciones aportadas en garantía por algunas de sus sociedades.

Los Salazar han optado por instar el concurso voluntario de acreedores en varias de sus sociedades patrimoniales, según informa Expansión, para "evitar que sus bancos acreedores ejecuten de forma inmediata las garantías que respaldan su deuda o embarguen su patrimonio".

Tras el cese de los Salazar, las cajas de ahorros presentes en el consejo (Caja Madrid, Unicaja, Cajasol, Caja Granada y Cajasur) han tomado el control de la aceitera y se han repartido los puestos ejecutivos.

Fuente:elmundo.es