El litro de aceite cuesta casi lo mismo en almazaras que en supermercados
Los precios en origen caen hasta 2,25 euros, el valor más bajo en los últimos veinte años, lo que origina importantes pérdidas a unos 40.000 olivareros de la provincia de Jaén
Organizaciones agrarias piden que se regulen los márgenes para evitar la especulación.
Tenemos que remontarnos más de 20 años para encontrar el aceite más barato que en la actualidad. ¿Qué está pasando? La respuesta la puede encontrar usted en el buzón de su casa. Ábralo y busque cualquiera de las ofertas que lanzan los supermercados. Podrá comprobar que todas, sin excepción, incluyen como gran reclamo dos o tres botellas de virgen extra a precios reducidísimos, una auténtica ganga si tenemos en cuenta que estamos ante el artículo de la cesta de la compra mejor considerado por los consumidores españoles por sus beneficios para la salud y por sus atractivos culinarios. Basta un poco de sentido común para darse cuenta de que con un coste final de 2,60 euros difícilmente se podrá cobrar más de 2,25 en origen, que es exactamente la cotización del producto en estos momentos. Estamos hablando de poquísimo dinero. Tan poco que unos 40.000 olivicultores jienenses no cubren ni tan siquiera costes.
Si analizamos la evolución de los principales 'inputs' en el último año, observamos que los combustibles se han apreciado un 40 por ciento, los fitosanitarios un 60 por ciento, los herbicidas y fertilizantes un 50 por ciento, la electricidad un 8,3 por ciento, etcétera, etcétera, etcétera. La cuestión es que en este periodo de tiempo el zumo de oliva no sólo no ha subido en las almazaras, sino que ha bajado un 4,4 por ciento, pasando de los 2,35 euros de finales de septiembre de 2007 a los 2,25 euros actuales. A los aceituneros no les salen las cuentas, especialmente a todos los que tienen parcelas poco mecanizadas y localizadas en zonas de pendiente, a los que conseguir un kilogramo les cuesta mucho más (pese a que la productividad es mayor que en el resto de España) que los que sí cuentan con medios mecánicos y tienen sus plantaciones en ubicaciones menos escarpadas.
¿Cuánto tendría que valer un kilo en función de las características del terreno y los gastos que tienen que soportar los agricultores? Una finca de montaña que genere 700 kilos por hectárea precisaría que la cotización fuera de más de 3 euros. Otra situada en campiña que produzca 3.000 kilos por hectárea necesitaría 2,5 euros. En el caso del intensivo o superintensivo, con un potencial de entre 10.000 y 20.000 kilos por hectárea, bastaría con 1,2 euros. En todos los casos se incluye la repercusión de la subvención.
Oligopolio
El secretario general de UPA-Andalucía, Agustín Rodríguez, considera que «la distribución alimentaria en España, forjada a lo largo de quince años, se ha estructurado en torno a un oligopolio en el que tres grandes firmas (Carrefour, Mercadona y Eroski) acaparan el 49,5 por ciento de la cuota de mercado, a lo que habría que agregar el surgimiento de un todopoderoso como SOS, que tiene un enorme poder gracias a sus 300 millones de kilos y su red de marcas». Respecto al Grupo SOS, Rodríguez lamenta que poco a poco se haya desviado de su filosofía original, que era evitar la depreciación tirando hacia abajo de los precios. «Nuestros retos de futuro pasan por seguir apostando por la promoción y la concentración de la oferta, pero lo que no se puede pretender es que también nosotros montemos las tiendas», señala el dirigente de UPA, quien agrega que «se hace imprescindible poner en marcha una ley de márgenes que establezca las reglas del juego y que ponga freno a los abusos».
El gerente de Asaja-Jaén, Luis Carlos Valero, no cree que el abaratamiento del género en las cooperativas esté relacionado con las previsiones para la próxima campaña, «ya que con un producción estimada de 1.100.000 toneladas (a expensas de que se hagan públicos los resultados del primer aforo) y un stock de 300.000 no deberían producirse tensiones de ningún tipo». «La explicación puede estar -agrega- en que la oferta esté presionando para no quedarse con mercancía por miedo al enlace». En referencia al comportamiento de la demanda, Valero opina que el sector no está siendo ajeno a la crisis económica, lo que está repercutiendo de forma negativa sobre el consumo».
Control
El secretario general de COAG-Jaén, Rafael Civantos, indica que el hecho de que el kilo fluctúe en estos instantes entre los 2,20 y los 2,30 euros es una consecuencia directa de que el sistema esté controlado por tres o cuatro multinacionales, «que fijan tarifas como a ellos les da la gana». «Con estos valores la actividad es deficitaria para la mayoría de los oleicultores de la provincia de Jaén, tanto para los que tienen explotaciones marginales como para los que operan en régimen de arrendamiento», dice Civantos.
«Todos ellos acumulan bastantes pérdidas y tienen un futuro bastante incierto». Para acabar con esta situación, el responsable de COAG aboga por acotar el liberalismo mediante una mayor intervención por parte del Estado, «que debe arbitrar alguna medida legal para acabar con la competencia desleal, ya que ha habido campañas con mucha más cosecha que ésta y, sin embargo, nunca habíamos caído por debajo de los 2,30 euros».
Por:Jorge Pastor para ideal.es
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