11 noviembre, 2013

Educando a través de una almazara reciclada


El Vivero de Ubrique acoge esta iniciativa ambiental por la que ya han pasado muchos escolares La prensa o la trituradora proceden de material desechado

El empeño por profundizar en los valores de la educación ambiental no tiene límites para un puñado de personas que han hecho posible en Ubrique sacar ideas de donde otros ni siquiera lo intuirían. Así que trabajadores del Ayuntamiento ubriqueño y del Servicio de Jardinería de Biorreciclaje de Cádiz se han puesto manos a la obra para sacar de la nada un proyecto de una pequeña almazara ecológica como actividad ambiental educativa para los chavales del pueblo.

Primero, han recuperado una actividad tradicional como la extracción de aceite que en Ubrique casi se ha perdido ya que hace más de 50 años que dejaron de moler los últimos molinos de aceite, "a pesar de contar con una superficie más que interesante de olivar en el término municipal e incluso el propio Ayuntamiento contar con una parcela de estos olivos en la zona de la plaza de toros", cuenta Pedro Viruez, técnico del Área de Medio Ambiente del Consistorio, y uno de los artífices de este proyecto educativo, junto con el responsable del servicio de Jardinería de Biorreciclaje, Juan Manuel Mancheño, y otros empleados municipales.

Las instalaciones del Vivero Municipal son el centro neurálgico para que los escolares aprendan todo el proceso para elaborar aceites, que después degustarán, tras la recogida de aceitunas de los olivos del Ayuntamiento. Además, los impulsores de la almazara han creado su propia maquinaria con elementos reciclados que suponen todo un ejercicio de imaginación y que los niños pueden utilizar para acercarse más, si cabe, a la cultura del oro líquido. Por ejemplo, con unas espalderas del gimnasio del instituto Francisco Fatou se construyó la criba o con "una vieja bomba de riego, un trozo de tubo de escape, cuatro chapas y pletinas metálicas, y una antigua mesa de dibujo del IES Las Cumbres, se construyó la trituradora", apunta Viruez. La amasadora se construyó a partir de una antigua hormigonera cedida por una empresa y el Ayuntamiento aportó el importe necesario para el suministro del material de acero inoxidable para la realización de la cuba. Y la prensa se elaboró con "vigas metálicas similares a las de los quitamiedos de las carreteras, unas patas y un nivelador de andamio, inservibles y que localizamos en la parcela del vivero", cuentan. Y claro, los chavales aprenden tras manipular estas máquinas, además del origen del aceite, la importancia y el valor que tiene reciclar para fomentar un mundo más sostenible. La idea de esta almazara se fraguó hace dos años. En ella se han realizado ya cuatro sesiones de extracción de aceite con alumnos de 5º y 6º de Primaria, donde se les enseña todo lo relacionado con las técnicas de molturación de las aceitunas y el prensado, además de la tradición casi perdida olivarera local.

Y como premio, los participantes tienen una cata de pan y aceite y reciben una pequeña botella como recuerdo. La Delegación Municipal de Medio Ambiente del Ayuntamiento tiene la intención de realizar en próximas sesiones análisis de las cosechas de aceite para determinar su grado de acidez. También la institución se plantea para el mes de diciembre una sesión con un grupo de mayores para que conozca esta iniciativa sostenible.

Los promotores de la pequeña la almazara ecológica del Vivero quieren agradecer el respaldo unánime que han recibido para hacer realidad este proyecto. "La verdad es que a todas las personas que hemos pedido colaboración para su desarrollo les ha parecido muy buena idea y, en la medida de sus posibilidades han colaborado con nosotros mecánicos, electricistas, jardineros, personal de colegios, empresas y como no, la propia empresa concesionaria Biorreciclaje y las distintas concejalías del Ayuntamiento de Ubrique", dice Viruez.
Fuente:diariode cadiz.es

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