Bajo la firme convicción de que un producto saludable debe
originarse con procesos respetuosos con la salud del medio ambiente, un
buen número de agricultores de la
Red Natura jiennense aprovecha un
entorno natural único como ingrediente de excepción para conseguir el
mejor aceite de oliva del mundo.
Jaén, principal región productora de aceite de oliva del planeta,
posee más del 30 % de su territorio en la Red Natura 2000, que cubre las
cuatro grandes sierras de esta provincia del oriente andaluz: la Sierra
Andújar; Despeñaperros; Cazorla, Segura y Las Villas; Mágina, y sus
inmediaciones.
Parte de las laderas de sus empinadas cumbres, que en algunos casos
llegan a superar los 2.000 metros, están horadadas por olivos
centenarios que hay que recolectar desafiando el vértigo, además de la
dura climatología de los albores del invierno, cuando se coge su
aceituna.
Estos árboles singulares, que a fuerza de llevar tanto tiempo
hundiendo sus raíces en la montaña parecen haber pertenecido siempre a
ella, dan bajas producciones, pero de ellos sale un aceite absolutamente
especial ya que contiene todo el sabor del entorno de donde procede.
La mayor parte de este "oro líquido" extra virgen se produce en torno
a tres Denominaciones de Origen (DO) que en los últimos años han
acaparado el mayor número de premios internacionales otorgados al
aceite:
Sierra de Cazorla,
Sierra de Segura y
Sierra Mágina.
El lema de esta última revela el secreto de sus aceites: "Naturaleza
en tu mesa"; y la clave para conseguir esa fórmula magistral: "que los
agricultores hayan sabido ver en la sostenibilidad el mejor aliado de la
rentabilidad de este cultivo", subraya Rafael de la Cruz, presidente
del Consejo Regulador de la DO de Mágina.
Una de las fincas de Mágina donde se produce este aceite único, de
frutado verde intenso, es El Puerto, que, como su nombre indica, se
sitúa en el puerto de montaña que separa los pueblos de Pegalajar y
Mágina, en lo que un día fue frontera natural de los reinos árabes y
cristianos.
Sus olivos, situados en el Lugar de Interés Comunitario (
LIC)
Estribaciones de Mágina, son paradigma "de la capacidad de este cultivo
para ser refugio de biodiversidad y aliado de la conservación", explica
la directora del Parque Natural de Sierra Mágina, Rosa Torres.
Y es que esta finca no conoce ni fertilizantes, ni herbicidas "que
perjudiquen el medio ambiente ni la salud", explica uno de sus
propietarios, Francisco Torres.
El tratamiento químico de la cubierta vegetal se ha sustituido en El
Puerto por una cabaña de ovejas ecológicas que se comen las malas
hierbas y fertilizan el campo con sus heces.
Para evitar plagas, en lugar de pesticidas recurren a un método
biológico de trampeo masivo que consiste en algo tan simple como colocar
una botella de plástico vacía en cada olivo con pequeñas dosis de una
hormona sexual que atrae a la mosca del olivo.
Las trampas consiguen reducir la población de este insecto pero sin
exterminarlo, y, sobre todo, sin dañar un ecosistema por el que campean
especies emblemáticas como el águila real y perdicera, el mirlo blanco o
el roquero rojo.
La aceituna de El Puerto se recoge directamente del árbol a finales
de octubre, se mortura en el día en una almazara ecológica situada en la
misma finca y de ella sale uno de los aceites de oliva ecológicos extra
virgen más premiados: La Casona.
"Creemos que para que un producto como el aceite sea verdaderamente
saludable, no hay que utilizar venenos que lo contaminen ni produzcan
posibles enfermedades al consumidor", cuenta Francisco Torres, cuyos
caldos forma parte de un aceite de oliva de propiedades curativas
diseñado por un equipo médico para su distribución farmacéutica, OHO
(del inglés "
Olive Health Oil", aceite de oliva saludable).
A pocos kilómetros, en el idílico pueblo andaluz de Jimena,
incrustado entre los riscos de Mágina, una pequeña cooperativa saca de
olivares de la Red Natura el que tanto el
Ministerio de Agricultura como
el
Consejo Oleícola Internacional han considerado el mejor virgen extra
en los últimos dos años.
Sus 650 cooperativistas se propusieron hace dos años llevar a la mesa
hasta la última nota de naturaleza extremando la calidad tanto en la
recolección del fruto como en su producción; el resultado de ese
esfuerzo es que en los dos últimos años han duplicado ventas.
El presidente del Consejo Regulador resume así la apuesta de Mágina:
"El futuro de este olivar de montaña está en la sostenibilidad que
garantice la conservación, y el desarrollo económico de estas tierras,
que tradicionalmente han sido cabeza de puente de las personas que
buscan un mundo mejor".
Fuente:
terra.es