Sorpresa mayúscula en el sector agroalimentario. La española Deoleo tiene un pretendiente extraordinario. Italia ha desembarcado en el proceso de venta de la compañía, líder mundial en la venta de aceite embotellado, a través de su fondo soberano, Fondo Strategico Italiano (FSI), según han confirmado fuentes del proceso. Hasta ahora, los únicos candidatos conocidos eran los fondos de capital riesgo CVC, Carlyle y PAI Partners, que hace dos semanas formalizaron su interés por el proceso de venta dirigido por el banco de negocios JP Morgan.
La irrupción del fondo soberano italiano FSI en la puja por Deoleo ha dado una dimensión geoestratégica a la operación. Históricamente, el país vecino ha sido el competidor de España para comerciar aceite de oliva por el mundo, aunque su capacidad como segundo productor mundial se limita a una cuota del 13%. Como explicó a este diario Teresa Pérez, gerente de la Interprofesional del Aceite de Oliva Español, nuestro país produjo 1.350.000 toneladas en 2013, cerca de la mitad mundial, pero el “volumen exportado a granel es importante y nuestro principal cliente ha sido Italia”.
sta histórica desventaja competitiva llevó a la antigua SOS Cuétara a comprar en 2008, de la mano de su entonces presidente Jesús Salazar, las marcas italianas Bertolli, Carapelli y San Giorgio a la multinacional Unilever por 630 millones de euros. Aquel golpe de efecto iba dirigido a ganar cuota de mercado internacional y penetrar en zonas como EEUU, donde el consumo de aceite de oliva se vincula a enseñas italianas. Sin embargo, la atrevida apuesta empresarial fue también la trampa financiera que derivó en el posterior colapso y en la salida de la familia Salazar acusada de fraude.
Desde entonces, a pesar de ser líder mundial en el segmento de aceite embotellado y el único gran referente nacional en este sector económico, Deoleo atraviesa una situación corporativa compleja. Por un lado, los accionistas de referencia son entidades financieras (Bankia, Unicaja, Caixa, Kutxabank y BMN) con necesidad de vender sus participaciones (45%). Y por otro, los socios industriales locales Hojiblanca (10%) y Ebro Foods (6,7%) no cuentan con capacidad financiera o con vocación industrial para reemplazar en el capital a las antiguas cajas de ahorro.
Aunque Ebro Foods (arroz y pasta) tomó el relevo de los Salazar como accionista estratégico, su presidente Antonio Hernández Calleja nunca apostó del todo por el aceite como vector estratégico de su actividad empresarial. Además de este escenario, Deoleo arrastra otros factores en contra, como una deuda de 470 millones de euros sobre un beneficio bruto de 80 millones y un deterioro de su peso doméstico (Carbonell, Hojiblanca, Koipe, Koipesol), donde la marca blanca de Mercadona, del interproveedor portugués Sovena, es ya el aceite más vendido en España.
Descartada una posible fusión con Ebro Foods, operación rechazada por Antonio Hernández Callejas, los bancos accionistas de Deoleo pusieron a la venta la compañía. Precisamente, a partir de ese momento, la arrocera española ha ido deshaciendo en el mercado su posición original del 9%, hasta el punto de vender durante las últimas semanas más de un 2,5% al intuir que el precio final que ofrezcan los fondos de capital riesgo por la aceitera española será menor que el actual precio de cotización. Nadie sospechó, sin embargo, que Italia fuera a entrar en liza.
El FSI fue constituido en 2011 bajo el mandato de Giulio Tremonti como ministro de Economía. Este fondo soberano cuenta con 4.400 millones de euros bajo gestión, aportados desde los organismos públicos Banca d’Italia (20%) y Cassa Depositi e Prestiti (80%), un equivalente al Instituto de Crédito Oficial (ICO) existente en España. Su cometido fundacional es apoyar como inversor minoritario en compañías italianas que operen en sectores estratégicos (Defensa, Seguridad, Infraestructuras, Servicios Públicos, Transporte, Tecnología Avanzada…).
Aunque la española Deoleo no encajaría en este perfil, el pasado 2013 el fondo soberano italiano selló una alianza con Qatar Holdings para desarrollar IQ Made in Italy Investment Company, un vehículo a través del cual canalizar 2.000 millones de euros para invertir en compañías de alimentación, consumo, moda y diseño representativas del Hecho en Italia. La aportación inicial de 300 millones de euros puede ser más que suficiente para hacerse con Deoleo. A falta de que el CNI económico entre en funcionamiento, sólo los fondos de capital riesgo se cuestionan la irrupción italiana.
Fuente:elconfidencila.com
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