Cuenta con 5.000Ha de cultivo superintensivo de oliva que han generado una cosecha de 5.000.000kg en 2011
INNOLIVA es la compañía líder mundial en el campo del cultivo de superintensivo de olivo, y en su afán por aumentar su presencia en el mercado ha sumado una nueva almazara en la finca El Carapetal, una de las tres fincas que poseen en la zona portuguesa del Alentejo, que abarcan desde las proximidades de Évora hasta Alvalade do Sado.
INNOLIVA, creada en 2005, está presidida por Miguel Rico, y cuenta como accionistas con el Grupo MRA, Polan S.A. (la empresa de inversiones patrimoniales de la familia Del Pino) y Catalunya Caixa.
Esta nueva almazara de El Carapetal se ha instalado en las 3.200 hectáreas de cultivo superintensivo de olivo en seto por goteo, con las que la INNOLIVA cuenta en Portugal.
La almazara tiene una capacidad de producción de 750 toneladas de aceituna/ día lo que supone 50.000Tn de aceituna por campaña. Es decir, si Italia empleara este modelo de almazara sólo necesitaría 60 de ellas en vez de las 6.200 de las que dispone. La inversión de la almazara ascenderá a 7,3 millones de euros, habiendo empleado 5 millones de euros para la construcción de la primera fase de la misma.
El Grupo INNOLIVA tiene un total de 5.000 hectáreas entre sus fincas de Portugal y España, donde cuentan con un total de 1.800 hectáreas, en las provincias de Córdoba y Badajoz.
En 2010 la capacidad de producción, sumando las fincas españolas y portuguesas, fue de 2.300.000kgs de aceitunas, cifra que se duplicó en 2011 cuando la producción llegó a los 5.000.000kgs con una óptima calidad, ya que el 98% de la producción fue considerada como aceite de oliva virgen extra, gracias al control integral de todo el proceso de la propia cosecha, desde el campo hasta la almazara.
INNOLIVA aúna la bondad del producto, el aceite de oliva, uno de los grandes tesoros de la dieta mediterránea, con estos nuevos sistemas de cultivo que mejoran la calidad y la productividad.
Características del cultivo superintensivo
La primera diferencia con respecto a los cultivos tradicionales de olivos (que suponen el 89% de la producción mundial y el 78% en España), es el número de olivos por hectárea. En el modelo tradicional se situaban entre 75 y 125 árboles por hectárea, el modelo intensivo llegaba a los 300 árboles, mientras que en el modelo superintensivo, el modelo empleado por INNOLIVA, se llega a obtener la cifra de 2.000 árboles por hectárea sin renunciar a la calidad del producto.
Los cultivos disponen de riego por goteo, lo que optimiza su desarrollo. Este sistema de cultivo permite tener la primera producción al tercer año, y al cultivar una variedad temprana, la recolección se realiza pronto, llegando al mercado antes que otros productores con otros sistemas de cultivo y otras variedades más tardías.
Las ventajas que ofrece este tipo de cultivo, comparadas con las alternativas tradicionales, son muy importantes.
Con este sistema de superintensivo cada hectárea cultivada produce una media de 2.000 kilogramos de aceite, lo que supone unos 11.000 kg de oliva, dato por encima del doble de los 4.500 kg de oliva que se producen por el método tradicional.
Al ser cultivos de regadío esto influye muy positivamente en la producción, ya que existe una dependencia mucho menor de la climatología al tener el riego controlado y se evita “vecería”, que la calidad del aceite fluctúe de un año a otro en función de la cantidad y momento de las lluvias que reciban los cultivos.
El cultivo de superintensivo permite que en un período de dos horas se pueda recoger la producción de una hectárea. En el modelo tradicional, con una recolección manual, estaríamos hablando de un día y en todo caso, empleando vibradores, se podría llegar a conseguir la recolección de una hectárea en unas cuatro horas.
Este tipo de recolección es menos agresiva para el cultivo, ya que la mecanización cosecha la aceituna mediante vibración, no golpea la planta, con lo que los brotes nuevos para la cosecha del año siguiente no sufren ningún tipo de daños. Con la velocidad a la que se puede recoger la aceituna, se asegura que cada una de ellas sea recogida en el momento óptimo, garantizándose así la calidad del aceite. Y al recolectar sólo del árbol y no del suelo, la recolección es muy limpia.
El modelo de cultivo superintensivo, frente a los sistemas intensivos y tradicionales, aporta una mayor producción de aceituna y de aceite, mejora los costes de producción, supone una mayor operatividad y ofrece una alta calidad en el aceite de oliva.
Actualmente en el mundo existen unas 100.000 hectáreas de cultivos superintensivos de olivos, de las cuales 40.000 se encuentran en España, 10.000 en Portugal (en 2009), 5.000 en Túnez, 4.000 en Marruecos, 10.000 en USA y 10.000 en Chile.
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