Así se encuentra reflejado por escrito
en el documento de posición de la región impulsado por el Ejecutivo
regional con todos los agentes implicados, ya que sería la fórmula
apropiada para hacer rentables estas explotaciones. Y es que de las
350.000 hectáreas de olivar existentes en Castilla-La Mancha, alrededor
de 300.000 lo son de bajo rendimiento y podrían beneficiarse de las
mismas.
El consejero de Agricultura, Medio
Ambiente y Desarrollo Rural Castilla-La Mancha, Francisco Martínez
Arroyo, ha realizado estas declaraciones en el marco de la III Tertulia
del Olivar y el AOVE, que bajo el título ‘Claves para una producción
óptima e impulso a la comercialización’, se ha desarrollado en la Cámara
de Comercio de Ciudad Real, un foro de debate en el cual se ha ahondado
en las claves para lograr una producción óptima de aceite de oliva
virgen extra e impulsar su comercialización.
En la clausura del encuentro, en la que
ha estado presente también el presidente de Asaja, Pedro Barato,
Francisco Martínez Arroyo ha explicado que el que no existan estas
ayudas en el periodo actual de la PAC fue ya un “error” que se cometió
por el anterior Gobierno y ahora estamos ante una nueva oportunidad para
que se apoye a este cultivo que es el que más sufre un “riesgo de
abandono”.
Así, ha indicado, que “es de justicia”
que en la nueva PAC se incluyan estas ayudas para el olivar de bajo
rendimiento, “dentro de ese 15 por ciento que va a tener nuestro país y
el resto de Estados miembros de capacidad para distribuir ayudas
acopladas vinculadas a la producción”, y se espera que a nivel nacional
se tenga en cuenta esta petición del Gobierno de Castila-La Mancha que
ya ha sido trasladada tanto al Ministerio de Agricultura, Pesca y
Alimentación como al comisario europeo de Agricultura y Desarrollo
Rural, Phil Hogan.
Martínez Arroyo ha explicado que el del
olivo es un cultivo muy dual, en lo que tiene que ver con la
rentabilidad. En el caso del intensivo, ha señalado, no precisa de
ayudas públicas acopladas y debe buscar la rentabilidad en “otras
fórmulas”, mientras que en el de bajo rendimiento, para su
mantenimiento, es preciso el apoyo, porque “los mercados no lo pagan” a
través, por ejemplo, de las empresas que compran la aceituna a los
olivicultores.
De esta forma, ha querido recordar la
relevancia del sector oleico en la región donde el olivar es un cultivo
básico para la economía de muchos pueblos de Castilla-La Mancha,
contando con 83.000 olivicultores actualmente, además de la importancia
económica y social que tiene, a la que se le une la ambiental.
En muchas de estas poblaciones donde se
asientan las almazaras, ha recordado, éstas son las únicas industrias
existentes, configurándose así el oleícola como un sector estratégico
que, no obstante, se encuentra actualmente en un contexto de crisis como
consecuencia de un nivel de precios que hace peligrar la viabilidad
económica del olivar; especialmente los de plantaciones tradicionales de
secano, debido a su menor rendimiento por hectárea y altos costes de
producción. Y es por ello, la necesidad de mantenerlos y apoyarlos a
través de la llegada de ayudas acopladas en la nueva PAC.
Un elemento clave de la Dieta Mediterránea
En Castilla-La Mancha existen en la
actualidad más de 350.000 hectáreas de olivar, de las cuales la
provincia de Ciudad Real aglutina el 40 por ciento, siendo, además, la
provincia castellano-manchega con mayor producción de aceituna y aceite.
El consejero de Agricultura, Medio
Ambiente y Desarrollo Rural ha puesto de relieve hoy las tres figuras de
calidad diferenciadas existentes en aceite de oliva virgen extra en la
provincia, con dos denominaciones de origen: Campo de Calatrava y Campo
de Montiel, y la marca colectiva Aceite Valle de Alcudia, así como el
resto de denominaciones en aceite, la de la Alcarria o la de Montes de
Toledo, esta última compartida también con Ciudad Real.
De este modo, ha resaltado que con este
producto, elemento clave de la Dieta Mediterránea, se tiene la
posibilidad de “conquistar el mercado” y para ello debe darse a nivel
nacional un mayor recorrido al fomento de la cultura del aceite de
oliva, porque es “nuestra tarjeta de presentación”, y cuenta con un
amplio abanico de posibilidades y hay que hacerlo, vinculándolo a la
Dieta Mediterránea.
Y esta línea es la que se está siguiendo
desde el Gobierno de Castilla-La Mancha y la Fundación Dieta
Mediterránea, que el propio Martínez Arroyo precise desde hace dos años,
impulsando la diferenciación del producto que llega a los consumidores a
través de su origen y con un embotellado en cuyo etiquetado comienza a
incluirse el logotipo de la Dieta Mediterránea, como es el caso de los
aceites producidos bajo el amparo de la DOP ‘Montes de Toledo’, el
primero en España en hacerlo y que están siendo exportados a Estados
Unidos. De hecho, esta dieta es muy valorada por los consumidores que
son los que eligen la botella al final del lineal de la cadena
agroalimentaria y de ahí la relevancia que el propio consumidor sea el
que con estas “pistas” termine adquiriendo un aceite de denominación de
Castilla-La Mancha.
Fuente:eldigitaldealbacete.com
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