Una
almazara, ubicada en el municipio granadino de Baza, acaba de ser
clausurada por la Administración por comprar aceituna robada en los
olivares de la provincia jiennense. Se trata de una medida de la que no
se recuerdan precedentes en los últimos años. El cierre fue solicitado
por la Guardia Civil de Jaén el pasado mes de febrero después de que los
agentes desarticularan un grupo que, presuntamente, se dedicaba a
desvalijar los campos de Huesa, Peal de Becerro y Pozo Alcón. Hubo siete
investigados, todos de nacionalidad rumana, a los que se les imputa la
sustracción de más de 21.000 kilos de aceituna.
La investigación de la Comandancia, desarrollada por uno de los equipos Roca, se centró entonces en cómo lograban los implicados saltarse los controles y vender el fruto robado. Las pesquisas se centraron en un punto de compra de aceituna, ubicado en Baza. Los agentes pronto constataron que sus responsables no requerían ningún tipo de documentación a las personas que llevaban mercancía. Una inspección más exhaustiva puso de manifiesto que no se existía libro de registro y la instalación tampoco contaba con los permisos administrativos necesarios, tal y como explicó en su día la Comandancia de la Guardia Civil. En total, los agentes que visitaron la almazara levantaron un acta con 22 infracciones diferentes. Así que el Instituto Armado solicitó a las administraciones competentes el cierre de la actividad. Nueve meses después, y tras un largo proceso, la instalación ha sido clausurada.
La investigación que ha desembocado en esta inusual y aplaudida medida comenzó a principios de año, cuando varios agricultores de la comarca de Cazorla denunciaron que les habían esquilmado sus olivares. Todos los robos se habían producido en fincas cercanas al eje de la carretera que une Torreperogil con Baza. En concreto, uno en un paraje de Huesa, otro de Venta El Barco, cerca de Peal de Becerro, y nueve en la zona conocida como Lentisco, en Pozo Alcón.
Las sustracciones se registraban siempre cuando caía la noche, a partir de las siete de la tarde y hasta el amanecer. Los ladrones empleaban un “modus operandi” muy peculiar para acelerar “el trabajo”. Primero, entraban en las fincas con turismos para que sus ocupantes procedieran a varear los olivos y barrer los montones. Después, entraban en el campo con furgonetas para recoger la carga y salir a toda velocidad.
El equipo Roca (robos en el campo) estableció varios dispositivos de vigilancia en la zona. En una de las salidas, los agentes interceptaron una cuadrilla que venía en vehículos cargada de aceituna. Eran siete hombres de nacionalidad rumana y residentes en los municipios granadinos de Zújar y Baza. Cuando les pidieron los papeles, no pudieron acreditar la titularidad de la mercancía. Les imputaron los once hurtos, en los que se constató la sustracción de 21.322 kilos de aceituna. El siguiente paso de la investigación fue conocer el destino de la mercancía. Y es ahí donde se descubrió que colocaban el fruto robado en una almazara de Baza.
Hay que recordar que el operativo de la Guardia Civil se dirige también contra aquellos que se pueden estar enriqueciendo con la adquisición la aceituna robada y la comercialización el producto final. Estos hurtos pueden traer consecuencias para la salud, ya que parte de la aceituna puede ser tóxica por haber sido tratada con productos que exigen una espera de varios días.
Fuente:diariojaen.es
La investigación de la Comandancia, desarrollada por uno de los equipos Roca, se centró entonces en cómo lograban los implicados saltarse los controles y vender el fruto robado. Las pesquisas se centraron en un punto de compra de aceituna, ubicado en Baza. Los agentes pronto constataron que sus responsables no requerían ningún tipo de documentación a las personas que llevaban mercancía. Una inspección más exhaustiva puso de manifiesto que no se existía libro de registro y la instalación tampoco contaba con los permisos administrativos necesarios, tal y como explicó en su día la Comandancia de la Guardia Civil. En total, los agentes que visitaron la almazara levantaron un acta con 22 infracciones diferentes. Así que el Instituto Armado solicitó a las administraciones competentes el cierre de la actividad. Nueve meses después, y tras un largo proceso, la instalación ha sido clausurada.
La investigación que ha desembocado en esta inusual y aplaudida medida comenzó a principios de año, cuando varios agricultores de la comarca de Cazorla denunciaron que les habían esquilmado sus olivares. Todos los robos se habían producido en fincas cercanas al eje de la carretera que une Torreperogil con Baza. En concreto, uno en un paraje de Huesa, otro de Venta El Barco, cerca de Peal de Becerro, y nueve en la zona conocida como Lentisco, en Pozo Alcón.
Las sustracciones se registraban siempre cuando caía la noche, a partir de las siete de la tarde y hasta el amanecer. Los ladrones empleaban un “modus operandi” muy peculiar para acelerar “el trabajo”. Primero, entraban en las fincas con turismos para que sus ocupantes procedieran a varear los olivos y barrer los montones. Después, entraban en el campo con furgonetas para recoger la carga y salir a toda velocidad.
El equipo Roca (robos en el campo) estableció varios dispositivos de vigilancia en la zona. En una de las salidas, los agentes interceptaron una cuadrilla que venía en vehículos cargada de aceituna. Eran siete hombres de nacionalidad rumana y residentes en los municipios granadinos de Zújar y Baza. Cuando les pidieron los papeles, no pudieron acreditar la titularidad de la mercancía. Les imputaron los once hurtos, en los que se constató la sustracción de 21.322 kilos de aceituna. El siguiente paso de la investigación fue conocer el destino de la mercancía. Y es ahí donde se descubrió que colocaban el fruto robado en una almazara de Baza.
Hay que recordar que el operativo de la Guardia Civil se dirige también contra aquellos que se pueden estar enriqueciendo con la adquisición la aceituna robada y la comercialización el producto final. Estos hurtos pueden traer consecuencias para la salud, ya que parte de la aceituna puede ser tóxica por haber sido tratada con productos que exigen una espera de varios días.
Fuente:diariojaen.es
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