15 abril, 2016

El Consejo Oleícola duda del riego para la calidad del aceite

Un informe avala el déficit de agua para lograr caldos con más aroma y sabor 

El Consejo Oleícola Internacional (COI) acaba de publicar los resultados de un estudio científico que pone en “tela de juicio” uno de los patrones de la olivicultura moderna, como es el uso del agua. No hay duda de que las fincas olivareras con agua producen mucha más aceituna que las que no la tienen. Los árboles se hacen más grandes, tienen más retallos y las producciones son mucho más abundantes. Pero, ¿qué pasa con la calidad de ese aceite de oliva? El proyecto Irrigaolivo, que ha desarrollado la Secretaría Ejecutiva del Consejo Oleícola Internacional y que ha estado patrocinado con dinero del Fondo Común Europeo, argumenta que el olivo se muestra como una planta tolerante a la sequía, pero que su cosecha crece conforme se le añaden aportaciones de agua de manera regular.
Sin embargo, la conclusiones de Irrigaolivo señalan que la aportación racional del riego aporta grandes beneficios económicos. De hecho, señala que un riego deficitario o, lo que es lo mismo, aportar solo el 70% de la exigencia hídrica de la planta redunda en un aceite de más calidad y, a la par, reducir considerablemente los gastos en energía que están derivados del uso del agua.

La receta. Parece bien claro que la calidad resulta directamente proporcional al estado de madurez que presenta el fruto. También a la temperatura a la que se moltura en la almazara y, lógicamente, a la salud de la aceituna. Tampoco hay que olvidar el tiempo que transcurre desde que se coge el fruto del árbol hasta que se convierte en zumo. Sin embargo, a pesar de todo esto, existen otras cuestiones mucho más subjetivas, como, por ejemplo, la carga de aromas, la intensidad y el sabor de los aceites. Son parámetros mucho menos controlables por parte del hombre y que, en ocasiones, están encardinados con el paisaje o, lo que es lo mismo, con la propia naturaleza. Y aquí señala el Consejo Oleícola Internacional que mucho tienen que ver las aportaciones de agua y, también, la temperatura a la que se cría la aceituna.
Fuente:diariojaen.es

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