El sueño de Alberto Alfonso de recuperar
el olivar centenario de Oliete (Teruel), el pueblo de sus padres y
abuelos, se va cumpliendo y justo cuando se celebra el primer año de la
puesta en marcha de una iniciativa en internet para apadrinar un olivo,
los ejemplares recuperados llegan a los 1.500.
Convencido de que con este tipo de iniciativas es posible evitar la desaparición del mundo rural, el principal promotor del mismo, Alberto Alfonso, destaca a EFE que el lanzamiento y crecimiento de este proyecto "apadrinaunolivo.org", con el que se han creado siete empleos, ha sido posible gracias a Internet y las redes sociales.
En esta iniciativa social se han encontrado medio millar de padrinos, de los que algo más de 200 han optado también por visitar a sus "ahijados" en Oliete y con ello llevar ingresos también en forma de turismo a esta zona de la provincia de Teruel.
Había visto desde niño a sus padres y abuelos cuidar esos olivos y Alberto Alfonso tenía la ilusión de hacer algo para evitar su abandono.
Esa ilusión la consiguió contagiar a un grupo de profesionales con los que coincidió en la Campus Party de Londres y así, dos estudiantes de ingeniería informática, un auditor y un trabajador de un operador nacional de teléfonos, pusieron en marcha este proyecto con el que quieren poner la mirada en el mundo rural y en el potencial de futuro que tiene.
En números, estiman que con el mantenimiento de los ejemplares apadrinados se han recuperado 23 millones de kilos de CO2 y a ello se suma la creación de 7 puestos de trabajo y la labor del equipo del centro especial de empleo Atadi (Asociación Turolense de Discapacitados intelectuales).
Los 1.500 ejemplares son solo una pequeña parte de los 100.000 que actualmente, estiman los organizadores, están abandonados en la localidad, que debe su nombre precisamente al olivo.
Alfonso explica que el horizonte ahora está puesto en seguir creciendo en número de padrinos y alcanzar en 2016 los 5.000 olivos recuperados hasta conseguir los 1.500 padrinos.
Ellos aportan 49,99 euros al año y pueden dar nombre al ejemplar, reciben fotografías y un certificado acreditativo de su condición de padrinos.
Además, a través de la web "apadrinaunolivo.org", de las redes sociales y de una aplicación para móviles inteligentes pueden seguir la evolución del árbol.
Pueden visitar personalmente su árbol, que identifican mediante un código QR y además recibirán de regalo dos litros de aceite virgen extra producido con estos ejemplares.
Gracias a la contribución principalmente de los padrinos y de algunas empresas como Telefónica o Sony, el proyecto ha ido creciendo, resalta.
La perspectiva es que con el aumento del número de ejemplares apadrinados también lo hagan los empleos, que pueden llegar hasta los 12 porque los árboles necesitan poda, labranza y cuidados especializados, recuerda Alfonso.
A medio plazo también quieren poner en marcha la antigua almazara local "no solo para dar servicio al proyecto sino también a los agricultores de Oliete y de los pueblos colindantes que ahora tienen que hacer más de 30 kilómetros para molturar sus olivas".
Ya han redactado el proyecto pero ahora el reto está en encontrar 200.000 euros de financiación, para lo que esperan contar con ayuda del Gobierno de Aragón y de fondos europeos, así como ayuda municipal, empresas colaboradoras y las aportaciones de los propios agricultores.
Y es que el proyecto basa su crecimiento en la implicación personal y también empresarial e institucional para "consolidar una plataforma con la que cambiar el paradigma de abandono de los pueblos". Quieren "poner en valor su medio natural, rural y humano".
Fuente:elperiodicodearagon.com
Convencido de que con este tipo de iniciativas es posible evitar la desaparición del mundo rural, el principal promotor del mismo, Alberto Alfonso, destaca a EFE que el lanzamiento y crecimiento de este proyecto "apadrinaunolivo.org", con el que se han creado siete empleos, ha sido posible gracias a Internet y las redes sociales.
En esta iniciativa social se han encontrado medio millar de padrinos, de los que algo más de 200 han optado también por visitar a sus "ahijados" en Oliete y con ello llevar ingresos también en forma de turismo a esta zona de la provincia de Teruel.
Había visto desde niño a sus padres y abuelos cuidar esos olivos y Alberto Alfonso tenía la ilusión de hacer algo para evitar su abandono.
Esa ilusión la consiguió contagiar a un grupo de profesionales con los que coincidió en la Campus Party de Londres y así, dos estudiantes de ingeniería informática, un auditor y un trabajador de un operador nacional de teléfonos, pusieron en marcha este proyecto con el que quieren poner la mirada en el mundo rural y en el potencial de futuro que tiene.
En números, estiman que con el mantenimiento de los ejemplares apadrinados se han recuperado 23 millones de kilos de CO2 y a ello se suma la creación de 7 puestos de trabajo y la labor del equipo del centro especial de empleo Atadi (Asociación Turolense de Discapacitados intelectuales).
Los 1.500 ejemplares son solo una pequeña parte de los 100.000 que actualmente, estiman los organizadores, están abandonados en la localidad, que debe su nombre precisamente al olivo.
Alfonso explica que el horizonte ahora está puesto en seguir creciendo en número de padrinos y alcanzar en 2016 los 5.000 olivos recuperados hasta conseguir los 1.500 padrinos.
Ellos aportan 49,99 euros al año y pueden dar nombre al ejemplar, reciben fotografías y un certificado acreditativo de su condición de padrinos.
Además, a través de la web "apadrinaunolivo.org", de las redes sociales y de una aplicación para móviles inteligentes pueden seguir la evolución del árbol.
Pueden visitar personalmente su árbol, que identifican mediante un código QR y además recibirán de regalo dos litros de aceite virgen extra producido con estos ejemplares.
Gracias a la contribución principalmente de los padrinos y de algunas empresas como Telefónica o Sony, el proyecto ha ido creciendo, resalta.
La perspectiva es que con el aumento del número de ejemplares apadrinados también lo hagan los empleos, que pueden llegar hasta los 12 porque los árboles necesitan poda, labranza y cuidados especializados, recuerda Alfonso.
A medio plazo también quieren poner en marcha la antigua almazara local "no solo para dar servicio al proyecto sino también a los agricultores de Oliete y de los pueblos colindantes que ahora tienen que hacer más de 30 kilómetros para molturar sus olivas".
Ya han redactado el proyecto pero ahora el reto está en encontrar 200.000 euros de financiación, para lo que esperan contar con ayuda del Gobierno de Aragón y de fondos europeos, así como ayuda municipal, empresas colaboradoras y las aportaciones de los propios agricultores.
Y es que el proyecto basa su crecimiento en la implicación personal y también empresarial e institucional para "consolidar una plataforma con la que cambiar el paradigma de abandono de los pueblos". Quieren "poner en valor su medio natural, rural y humano".
Fuente:elperiodicodearagon.com
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