Investigadores españoles de Ateknea Solutions, en colaboración con La Universidad Técnica de Berlín, D’Addato Agroalimentare, el fabricante de maquinaria Hakki Usta y la empresa Aceites Malagón,
ha desarrollado un proyecto financiado por la Unión Europea, Oilpulse,
con el que aseguran que simplificarán y mejorarán la producción de
aceite de oliva.
La nueva técnica consiste en la
destrucción de la pared celular de las aceitunas cuando se les aplica
una corriente eléctrica de alto voltaje (Pulse Energy Fields)
sin transferencia de calor. Al aplicarle estos pulsos eléctricos se
forman poros en la pared celular vegetal que incrementan su
permeabilidad y permiten obtener por tanto aceite en mayor cantidad. De
esta manera, el producto no se calienta y conserva sus características
organolépticas. Además, según los desarrolladores de la técnica, se
trataría de un aceite de mayor calidad dado que permite transformar las
olivas a temperaturas más bajas, lo que además permite un significativo
ahorro energético para las empresas.
El origen de esta técnica se encuentra a principios del
siglo XX cuando se comprobó el efecto letal de las descargas eléctricas
sobre microorganismos al aplicar sobre un alimento un voltaje de
3000-4000 Voltios. El proceso se ha ido depurando desde entonces y se ha
demostrado muy eficaz en la pasteurización de alimentos y bebidas como
zumos de frutas, leche, yogures, sopas y derivados líquidos del huevo. Y
ahora, parece que tambiñen del aceite de oliva virgen extra de primera
prensada en frío... de alto voltaje
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