La comercialización de aceite de oliva ha
sufrido un importante retroceso durante los siete primeros meses de la
actual campaña si se compara con la anterior. Así, hasta finales de
abril se habían comercializado algo más de 600.000 toneladas, lo que
supone una caída del 26%. Esta bajada ha afectado a las exportaciones y a
las ventas en el mercado nacional. Asimismo, se ha registrado un
aumento significativo de las importaciones, que se aproximan a las
70.000 toneladas, cifra superior a la que se alcanzó en toda la campaña
anterior.
Según la Agencia para el Aceite de
Oliva, el dato de producción, que puede considerarse ya definitivo, es
de 613.000 toneladas, lo que supone un recorte respecto a la precedente
del 60% aproximadamente. Por último, las existencias a finales de abril
se situaron en 757.000 toneladas, que deberán cubrir la demanda de los
cinco últimos meses de la campaña y el enlace hasta que haya aceite
disponible de la nueva. Por otro lado, los precios, aunque han subido de
forma significativa en relación a hace un año, no han cubierto las
expectativas de los productores. Estos consideraban que debería haber
registrado un incremento mayor a la vista de la producción tan escasa
que se ha logrado. La semana pasada hubo algo más de actividad, lo que
provocó alzas, sobre todo en los lampantes, y se cerraron operaciones
alrededor de los 2.350 euros por tonelada, según fuentes de Oleoestepa.
Sin embargo, en aceite extra el nivel de operaciones fue más bajo y los
precios oscilaron entre 2.850 y 3.000 euros. El sistema de información
de precios en origen del aceite de oliva, PoolRed, confirma esta
tendencia y fija un precio medio de 2.433 euros para el virgen.
Fuente:larazon.es
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