Golpeando tres pájaros con una misma piedra, una nueva tecnología
israelí puede procesar desechos de viñedos, de prensas de aceite de
oliva y de desperdicios de fábricas de queso, produciendo biogás y agua
limpia para la irrigación.
Desarrollada por la empresa de agua
israelí Peleg Hagalil y el Centro de Tecnología de Galilea (Migal), esta
planta de tratamiento de aguas residuales portátil llamada Mistown, que
es un sistema de gestión integrada y sostenible móvil para el
tratamiento de aguas residuales orgánicas, está construida para tratar
pesadas cargas biológicas de pequeñas tiendas de negocios agrícolas.
En
Norteamérica y Europa más y más personas están creando granjas y
viñedos orgánicos, pero tienen un dilema: cómo hacer frente a los
residuos que el sistema de alcantarillado no puede manejar.
Desperdicios de pequeñas prensas de aceitunas, fábricas de queso y viñedos no son buenos para el agua y el suelo.
Grandes
prensas de aceite de oliva, viñedos y fábricas de queso normalmente
construyen sus propias plantas de tratamiento de aguas residuales en el
lugar, pero el costo es muy alto para los dueños de “negocios boutique”
en Israel y el sur de Europa, y en cambio, ellos contaminan el
medioambiente frecuentemente.
El problema es tan generalizado que
la Unión Europea ha ayudado a financiar esta solución iniciada por
Israel para proporcionar una salida para el cambio. La unidad móvil de
tratamiento de residuos Mistown puede ser compartida entre las empresas o
dentro de una cooperativa para compensar el costo de invertir en una
planta permanente de tratamiento de agua.
“Mentalidad-móvil”
“La
Unión Europea entiende acerca de qué es el proyecto y está interesada
en invertir en él. Nosotros proveemos una solución para un problema real
que hemos identificado de primera mano”, dice Eddie Schossev, de Peleg
Hagalil. Su compañía financió la otra parte del presupuesto para
desarrollar el prototipo de Mistown creado en el Centro Migal. Peleg
Hagalil es el propietario intelectual de la tecnología.“Nuestra
solución está basada en un sistema que puede ser trasferido o movido de
un lugar a otro. Si construyes una refinería muy grande construirías o
invertirías en tu propia solución de tratamiento de desechos”, dice
Schossev. “Pero si eres suficientemente pequeño, no sería rentable
construir tu propia solución”.
Mistown es portátil para que pueda
ser compartido entre varias empresas. Schossev explica que desechos
biológicos provenientes de la agricultura que se vierten por los
desagües dañan las plantas de tratamiento de aguas residuales porque
interfieren con la bacteria que descompone los desechos. Y subproductos
provenientes de prensas de aceitunas y viñedos no pueden ser vertidos en
la tierra porque son perjudiciales para las aguas subterráneas, dice
él.
En Israel, la consecuencia de vertido ilegal, especialmente
provenientes de las prensas de aceite de oliva en los alrededores de las
pequeñas aldeas de Galilea, donde puede faltar la conciencia ambiental,
es una regular suspensión de los servicios de aguas residuales cada año
durante la época de prensa de aceite de oliva. El sistema simplemente
no puede manejar los residuos, y las bacterias toman tiempo para
recuperarse.
“Estamos tratando con una diversidad de población en
Israel: judíos, árabes, drusos y una variedad de sistemas. La variedad
de infraestructura es bastante inmensa y es deficiente en algunos
lugares”, dice Schossev, cuya compañía tiene un gran interés en cambiar
la manera en que las pequeñas empresas procesan sus desechos.
Tres pasos, tres ventajas
Los
investigadores de Migal, los profesores Giora Rytwo, Iggy Litaor y
Hassan Azaizeh,
desarrollaron una tecnología de tres pasos.
En el
primer paso, el sistema Mistown asienta los residuos orgánicos,
separándolos, usando polímeros y un tipo de arcilla. En la segunda fase
una bacteria única “repara” los desechos para biocombustible.
Finalmente, el agua sobrante se procesa internamente en un “pantano
acelerado”, todos contenidos dentro de la unidad móvil.
Mistown
procesa de forma segura los residuos agrícolas. Los investigadores
estiman que esta tecnología podrá procesar 20 metros cúbicos de agua por
día, pero las pruebas en la bodega Dalton, y más tarde en las prensas
de aceite de oliva en otros lugares en Israel, darán a los
desarrolladores una vuelta precisa de cómo el sistema va a manejar
distintos tipos de concentraciones de bioresiduos.
La compañía
está buscando inversiones para llevar la tecnología de la fase prototipo
a un producto final. Se anticipa que estas unidades se pueden vender
directamente a empresas boutiques o autorizadas a desarrolladores que la
deseen como parte de su plataforma tecnológica, dice Schossev.
En
el próximo año, los coordinadores del proyecto buscan establecer un par
de plantas piloto más en Europa como prueba de concepto para pequeños
negocios allá. La industria no intenta entrar en nuevas ideas
rápidamente, explica el profesor Uri Marjaim, quien dirige también el
Departamento de Biotecnología y Desarrollo Regional de Migal. Por eso,
sitios para demostración deben ser configurados para mostrar cómo
funciona la tecnología.
Esto probablemente será coordinado a
través de los dos socios europeos de Mistown: la Universidad de
Patras, en Grecia, y el Centro para la Tecnología, Energía y Medio
Ambiente Cetenma, en España.
Fuente:listindiario.com.do
Traducción: Embajada
de Israel, Santo Domingo.
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