Llevaba
tiempo “saltando” de móvil a móvil. Era un bulo más de los muchos que
se ven en las redes sociales, aunque al sector oleícola le hacía mucho
daño. Sin duda, un mensaje manipulado para hacer daño al consumo. Tomaba
un estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), que
hizo en 2011. En él se enumeraban algunas marcas que, después de
someterlas a analíticas de laboratorio, no daban la calidad que decía su
etiqueta. Este informe, que tiene ya seis años, trajo cola, ya que
algunos de los fabricantes argumentaron que el producto sí que era de
esa calidad cuando salió de la planta de embotellado, pero que no se
pueden responsabilizar del tratamiento en el transporte y almacenado.
Por ejemplo, con luz y calor hay aceites extra que pueden convertirse en
vírgenes y hasta en lampantes. Sin embargo, esto hizo que se tuviera
una mayor conciencia a la hora de garantizar la calidad y mantener el
producto en las mejores condiciones durante todo el proceso antes de que
el consumidor se lo llevara a casa.
un mensaje. La Policía Nacional tuvo que avisar de que el mensaje que se trasladaba de un teléfono móvil a otro no era más que un bulo. Al estudio de 2011 se le añadió un “toque maligno”, que decía que los aceites lampantes son grasas industriales, es decir, no aptas para el consumo humano. “Estamos vivos de milagro”, continuaba la tergiversación de la información. La Policía afirma que es alarmista, exagerado y falso. Además, aclara que es un bulo y que no procede de la OCU.
Curiosamente, la mayoría del aceite de oliva que procede Jaén es lampante. Se trata de un caldo que se somete a un proceso de refinado y que luego se comercializa con total normalidad. De hecho, es el aceite de oliva que más consumen los españoles, pese a que no se vende con la denominación de lampante, sino como suaves o intensos —mezcla de lampante y vírgenes—. Por eso, es una mentira que puede hacer mucho daño.
Fuente:diariojaen.es
un mensaje. La Policía Nacional tuvo que avisar de que el mensaje que se trasladaba de un teléfono móvil a otro no era más que un bulo. Al estudio de 2011 se le añadió un “toque maligno”, que decía que los aceites lampantes son grasas industriales, es decir, no aptas para el consumo humano. “Estamos vivos de milagro”, continuaba la tergiversación de la información. La Policía afirma que es alarmista, exagerado y falso. Además, aclara que es un bulo y que no procede de la OCU.
Curiosamente, la mayoría del aceite de oliva que procede Jaén es lampante. Se trata de un caldo que se somete a un proceso de refinado y que luego se comercializa con total normalidad. De hecho, es el aceite de oliva que más consumen los españoles, pese a que no se vende con la denominación de lampante, sino como suaves o intensos —mezcla de lampante y vírgenes—. Por eso, es una mentira que puede hacer mucho daño.
Fuente:diariojaen.es
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