El proyecto “Mochuelo” acerca la tecnología del dron al olivar
Bien traído el nombre del proyecto, sufragado por la investigación, sobre el uso de aviones no tripulados, drones, en la vigilancia de superficies agrícolas. La investigación está bautizada con el nombre de “Mochuelo”, en referencia a la rapaz nocturna tan relacionada con el árbol que protagoniza el paisaje jiennense, no hay más que recordar aquello de “cada mochuelo a su olivo”. La Administración provincial convocó a miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, agentes forestales, personal de Agricultura y Medio Ambiente y de organizaciones agrarias para explicar las conclusiones del trabajo elaborado por el Centro de Vuelos Experimentales Atlas, de Villacarrillo, unas instalaciones únicas en Europa, gestionadas por la Fundación Andaluza para el Desarrollo Aeroespacial de Andalucía (FADA).
El director gerente de esta entidad pública, Joaquín Rodríguez, mostró su satisfacción por los positivos resultados del estudio, en el que se comprobó que es posible emplear drones para, por ejemplo, la vigilancia de zonas de cultivos extensivos, como el olivar, con el objetivo de minimizar las incidencias por robos en las mismas. A la espera de que se apruebe el Real Decreto que regulará el uso de estos aparatos, el responsable de FADA consideró más que viable que lo que averiguaron los expertos del centro Atlas se ponga en práctica y tenga, en un plazo relativamente breve, un aprovechamiento comercial. Y es que, aparte de demostrar que es posible controlar varias hectáreas de olivos con uno de estos equipos, los aviones no tripulados tienen usos demostrados para la agricultura de precisión, el cálculo del nivel de irrigación de los cultivos, el control de incendios forestales, el conteo de aves y la monitorización de especies en peligro de extinción en ámbitos protegidos, entre otros muchos. “Las previsiones son que en 2025 habrá en torno a 5.000 millones de euros de facturación asociada al uso profesional de estos sistemas”, dejó claro Rodríguez. Por su parte, el anfitrión, el presidente de la Diputación, consideró que acciones como esta, en sus palabras, “ponen de manifiesto la importancia que este tipo de aviones tiene ya en la realidad y la que especialmente puede tener en un futuro inmediato”. También dejó claro que acercar la labor del centro villacarrillense a la población, mediante proyectos como el “Mochuelo”, según él, “contribuye a dar visibilidad a este centro, que se encuentra aquí, en la provincia de Jaén, y que es el único que hay en el sur de Europa que se dedica a las prácticas de aviones no tripulados”. Ante el responsable de FADA también ratificó el compromiso de la Diputación de ampliar la pista de aterrizaje de Atlas, si es preciso para que albergue nuevas investigaciones en un futuro.
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