Los árboles se plantaron hace casi 300 años al finalizar la construcción de la capilla
La asociación de vecinos de Ponte Ledesma y el colectivo Adega se
hacen eco de la poda de dos olivos centenarios plantados en el atrio de
la iglesia, ya que la intervención dejó a uno de los árboles solo con el
tronco y al otro le falta media copa.
Los dos olivos se plantaron
en 1735, hace casi 300 años, para conmemorar el remate de la
construcción de la capilla. Al parecer, fueron un regalo de los
comerciantes de aceite que venían desde Ourense a Santiago por la ruta
de los arrieros para vender su mercancía en la capital gallega. Los
olivos son de una raza autóctona, la Raza Brava Galega, que estuvo al
borde de la extinción. De ahí que la poda causase un gran revuelo entre
los vecinos, y máxime entre los más mayores de la parroquia.
El
incidente se produjo a finales de marzo. Un vecino que lleva seis años
en la parroquia se dirigió al Concello para solicitar la poda de los dos
árboles, según relatan desde la asociación vecinal, debido a que la
sombra que producían estaba afectando a su cosecha de maíz, "cosa
curiosa porque durante generaciones la familia de su esposa recogió
abundantes cosechas en esa finca", indican desde el colectivo vecinal.
Parece ser que desde el Concello de Boqueixón se le indicó que se iba a
tardar en atender su petición, por lo que podía ir podando el propio
vecino.
Pues bien, el 21 de marzo y armado con una motosierra este
hombre se puso a cortar "ramas de medio metro de diámetro", tras
asegurarle a los que intentaban detenerle que tenía permiso del
gobierno. "De nada sirvió que intentásemos convencerlo de la atrocidad
que cometía. Nos insultó, se rió del dolor de los vecinos más mayores al
ver lo que estaba haciendo", indican desde la asociación, que optó por
contactar con el Concello para pedirle que aplicase una pasta
cicatrizante en los cortes para que no entrase ningún hongo en la madera
que pudiese afectar a la salud del árbol.
Pero desde el concello
se limitaron a enviarle al jardinero, por la aplicación Whats App, fotos
de cómo había quedado el olivo tras la poda. El jardinero recomendó
homogeneizarla, de forma que se envió a un operario, "que lo mismo te
poda un árbol que te hace un muro", indica el colectivo vecinal, y que
terminó la poda siguiendo su propio criterio, de forma que quedó
únicamente el tronco.
En ese instante, dos miembros de la
asociación vecinal y un vecino increparon al operario, pero la concejala
de Innovación, Ana Seijo Mosquera, recalcó que "era más importante el
maíz del vecino que los olivos, y que había que podar también el otro
olivo porque tenía musgo". Ante esta situación, la asociación celebró un
encuentro y consiguió que el segundo olivo quedase podado tal y como lo
había dejado el vecino, afectando a parte de su copa. Eso sí, el
Concello colocó en el tablón de la iglesia una copia del artículo 592
del Código Civil, que permite pedir la poda de ramas de árboles que
entren en su finca.
Los vecinos lamentan que no se hubiese
consultado a toda la parroquia para hacer estas podas, y recuerdan que
ya hubo un intento fallido de incluir los dos olivos en el Catálogo de
Árbores Senlleiras. La Xunta decidió no incorporarlas a este documento
porque no daban la talla.
Fuente:farodevigo.es
esto es típico de España, cargarnos nuestro patrimonio cultural. Para luego que los italianos nos lo vendan www.aceitecsb.es
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