El consumo de aceite de oliva baja en los hogares españoles. El
Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente acaba de
publicar los últimos datos de mercado, que analizan las operaciones que
se han realizado hasta el 1 de enero
—son las últimas cifras oficiales—.
Señala que las aceiteras destinaron 128.900 toneladas a los
establecimientos de alimentación del país, lo que representa una bajada
del 1%. No se puede hablar de desplome, aunque sí denota la sensibilidad
que existe en el mercado interior al auge de la cotización del zumo de
la aceituna. En cuanto que aumenta su valor, la comercialización
disminuye.
Durante el último mes, 42.970 toneladas se echaron en las
sartenes, ensaladas y tostadas de los hogares españoles. Mientras, el
observatorio de precios de la Federación de Fabricantes de Aceite de
Oliva (Infaoliva) indica que el extra se paga a 3,18 euros por kilo en
las operaciones que se hacen en camiones cisterna. El virgen se paga a
2,79, mientras que los lampantes cuestan 2,68. No se puede afirmar que
el aceite pierda consumidores, tal y como llegó a ocurrir años atrás.
Por fortuna, el “oro líquido” que se produce en Jaén tiene una posición
muy consolidada como alimento indispensable en la gastronomía y con
enormes atributos para la salud.
No obstante, el auge de la
cotización sí que denota una cierta contención en la compra de los
consumidores españoles o, dicho de otro modo, las familias se vuelven
más ahorrativas y aprovechan más la grasa. Por eso, optan por retrasar
un poco más el cambio del aceite de la freidora o echar algunos huevos
más a la sartén antes de renovar el aceite. De una forma muy diferente
se comporta el mercado internacional. El aceite ha conquistado nuevos
consumidores y las empresas quieren mantener los vínculos de unión. Por
eso, según publica el Ministerio de Agricultura, hay 246.000 toneladas
que ya han salido al extranjero, lo que representa un incremento del 4%,
que destacó ya por ser el ejercicio con más exportaciones de la
historia. Pese a que hay poco aceite de oliva en las bodegas, lo que
provoca un auge de la cotización para regular el mercado, la venta al
extranjero, por el momento, no frena. Las empresas quieren conservar a
sus operadores y, también, prefieren exportar antes que dejar el
producto dentro de las fronteras españolas porque los mercados
internacionales pagan mucho mejor el producto. Si se suma la venta
dentro del país y la que se hace fuera, la comercialización crece un 2%.
Resulta difícil mantener este ritmo porque la cosecha ha sido pequeña.
De ahí que el futuro se muestra apasionante para los operadores, que han
de saber leer ciertas claves para cerrar buenos negocios.
Por otro
lado, la entrada de zumo de aceituna desde países extranjeros será mucho
más habitual que el año pasado. La producción ha sido baja, por lo que
las empresas españolas necesitan género para abastecer. El Gobierno de
España señala que las importaciones han crecido un 4% respecto al año
pasado y un 15% si se mira la media de los últimos cuatro ejercicios.
Fuente:diariojaen.es
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