El Gobierno central y la Junta trabajan conjuntamente para mantener en España el poder de decisión de la compañía
Muchos recordarán la guerra de OPA por Endesa, la compañía
emblema del sector eléctrico español, que estuvo a punto caer en manos
alemanas (E.ON) y terminó en las italianas (Enel). Salvando las
distancias, en el sector del aceite de oliva se libra estos días otra
guerra de importantes consecuencias para miles de olivareros andaluces.
Deoleo, la empresa líder mundial en la comercialización de este
producto, puede pasar a estar controlada desde Italia a raíz de la
puesta a la venta de un importante paquete accionarial (el 31% de su
capital) que actualmente se reparten varias antiguas cajas: Bankia,
BMN, Kutxabank y CaixaBank. Las dos primeras están obligadas a
deshacerse de participaciones industriales por haber recibido ayudas
europeas, mientras las otras aprovechan la coyuntura para desinvertir
también.
Esta madrugada concluía el plazo previsto para que los
interesados presenten sus ofertas vinculantes por el 31% de Deoleo. A
partir de ahora, JP Morgan llevará a cabo la primera criba para
seleccionar las mejores ofertas. Entre los cinco fondos de inversión
extranjeros cuyo interés por entrar en Deoleo ha trascendido figura un
fondo estatal italiano, ayudado por capital catarí. Su puja ha
despertado todas las alarmas, dado que Italia es el máximo rival de
España en el mercado del aceite de oliva.
La malagueña Dcoop (antigua Hojiblanca), por su doble
condición de mayor productor mundial y accionista de Deoleo, busca
apoyos para evitar esta 'invasión' y, de paso, aumentar su participación
en la comercializadora, como ya era su deseo. Para ello cuenta con la
complicidad de Unicaja -única entidad financiera que quiere mantener su
participación en Deoleo- y de los gobiernos andaluz y central, pero está
por ver cómo se concretan estos apoyos.
El propio ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete,
explicaba ayer por qué Deoleo es un bien estratégico para el olivar
español: «España ha desarrollado un cultivo muy eficiente y tiene una
capacidad de producción de cerca de dos millones de toneladas, pero el
mercado nacional tiene un límite de capacidad de absorción, por lo que
la gran apuesta deben ser los mercados de exportación». Para acceder a
estos mercados, argumentaba, se necesitan «empresas muy potentes» y
Deoleo es «la punta de lanza de la exportación española», pues controla
marcas italianas (Bertolli, Carapelli o Sasso) que son una eficaz llave
del mercado estadounidense. Por ello, el Gobierno «está trabajando» para
que Deoleo siga teniendo las marcas italianas que compró en su día para
vender aceite español, «como empresa establecida en España», aunque
Cañete niega que vaya a «vetar a nadie».
La consejera de Agricultura de la Junta, Elena Víboras,
destacaba el «trabajo conjunto» con el Ministerio para que Deoleo
permaneza en «su ubicación y su núcleo de decisión tal cual está», de
manera que «mantenga el sello español y andaluz».
Detrás de estas declaraciones discurre un trabajo soterrado
de búsqueda de alianzas en el que Dcoop, como socio industrial de
referencia en Deoleo, es la piedra angular. Cañete reconocía ayer que el
Gobierno «habla con todos los actores implicados: con la banca que está
vendiendo, con los españoles interesados, como la antigua Hojiblanca, y
con todos los que podemos hablar a los efectos de que en definitiva
haya en España una gran compañía que tenga un proyecto empresarial
sólido».
La cooperativa malagueña no esconde su deseo de aumentar su
participación en Deoleo aprovechando la salida de Bankia, Kutxabank,
Caixabank y BMN. El problema es que Dcoop no tiene, a priori, la
capacidad financiera para igualar la oferta que pueda presentar un fondo
de inversión internacional. De ahí su búsqueda de «apoyo
institucional». «Si es verdad que existe un consenso generalizado de que
Deoleo no caiga en otras manos que no sean españolas, estamos abiertos a
recibir el apoyo institucional necesario para ampliar nuestra
participación», añadían. De no poder evitar la entrada de un socio no
deseado, Dcoop advierte de que desistiría de permanecer en Deoleo y
vendería su participación.
¿Cómo se encarrilaría ese «apoyo institucional»? Fuentes
del sector apuntan a una posible participación de la Sociedad Estatal de
Participaciones Industriales (SEPI) para ayudar a la antigua Hojiblanca
y a Unicaja, eventualmente acompañadas de otro inversor, a hacerse con
las acciones de Deoleo. El ministro de Agricultura afirmó que en estos
momentos «no descarta ni deja de descartar» nada. La participación del
Estado plantea un problema: sería analizada con lupa por la Comisión
Europea por si supone ayudas ilegales de Estado.
En este punto es destacable el papel de Unicaja como
potencial aliado de los agricultores de la región (representados en
Dcoop) en su ofensiva para mantener el control español sobre Deoleo. Una
inestabilidad que han provocado las otras entidades financieras
accionistas de la compañía con su voluntad de abandonarla. Algunas de
ellas estaban obligadas por haber recibido ayudas europeas, como Bankia o
BMN; pero no así Kutxabank o CaixaBank. Esta madrugada concluía el
plazo previsto para que los interesados presenten sus ofertas por
Deoleo. A partir de ahora, JP Morgan llevará a cabo la primera criba
para seleccionar las mejores ofertas.
Fuente:diariosur.es
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