Todos los españoles usamos a diario aceite de oliva. Sabemos que es
el tipo de aceite más saludable y nos encanta pero, a diferencia de lo
que ocurre con el vino o el jamón (nuestros otros estandartes
culinarios), apenas sabemos distinguir entre variedades y calidades. Basta
darse una vuelta por cualquier supermercado para comprobar que el
consumidor medio sólo tiene acceso a un puñado de productos, que no
reflejan, ni por asomo, la inmensa variedad de aceites de oliva que se
fabrican en España, el primer productor del mundo.
Para Eduardo Muñoz, fundador de la tienda online de aceites OlivaOliva,
resultaba una paradoja que un producto de tan alta calidad y tan
español como el aceite de oliva tuviera un acceso a la gran distribución
tan reducido. “Cumplía todos los requisitos para un negocio por
internet como el que me estaba planteando”, explica el emprendedor
madrileño que fundó su tienda en 2006. “Era un producto local y atomizado y de difícil acceso a la cadena física”.
Pero claro, lo que Muñoz veía como una oportunidad, era la demostración
palpable del fracaso de la industria en la promoción de un producto
excepcional que no es considerado como tal.
Los aceiteros tratan ahora de recuperar el tiempo perdido con una
campaña de promoción a gran escala, auspiciada por la Unión Europea, que
bajo la marca Aceites de Oliva España tratará de poner en valor un
producto que, pese a quien le pese, hemos descuidado. El propio ministro
de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, dejó claro en la presentación de la campaña que ya era hora de que la industria se pusiera las pilas:
“Si hace 10 años alguien nos hubiera dicho que hoy íbamos a estar aquí,
presentando una campaña como ésta, con dinero aportado por el propio
sector, no le hubiéramos creído”.
Adiós a las aceiteras anónimas
Hace
treinta o cuarenta años los productores vitivinícolas se plantearon un
cambio como el que ahora quieren protagonizar los productores de aceite
de oliva virgen. Parece algo lejanísimo, pero en los años 70 el vino se consumía como ahora el aceite:
no importaba en absoluto la marca, las bodegas apenas se preocupaban
por producir más de una variedad y en los restaurantes se servía en
jarras, sin ningún tipo de etiquetado. Cuando pedimos una ensalada el
camarero nos trae una aceitera cuyo contenido desconocemos, algo que,
hoy en día, apenas ocurre con el vino. Pero, al igual que hay
calidades y
variedades de vino, las hay de aceite, y el consumidor debería poder
conocerlas.
Para Teresa Pérez, gerente de la
Interprofesional del Aceite de Oliva Español, la industria del aceite
debe seguir un recorrido parecido al vino, en lo que se refiere a
información, difusión y percepción de calidades de parte del consumidor. “Nosotros podemos ofrecer mucha calidad de producto pero esa calidad tiene que ser percibida por el consumidor, de muchas formas, por el producto, el envasado, el etiquetado…”, explica Pérez. “Queremos
despertar el interés del consumidor, dar visibilidad a un producto
cotidiano que prácticamente está en el anonimato, porque parece
invisible”.
Para Muñoz la hostelería debe ser la punta de lanza del cambio en la concepción del aceite de oliva, y
el primer paso que debe tomarse es el de ofrecer el producto envasado y
debidamente etiquetado. “Se sigue permitiendo poner aceiteras anónimas
que contienen un líquido de color amarillo que se supone que es aceite
de oliva virgen, pero no hay ningún control”, asegura el empresario.
“Estamos dándole un producto al consumidor cuyas características
desconoce”.
En opinión de Muñoz este es un punto clave: “La eliminación de las aceiteras anónimas salvaría al sector del aceite en España”.
Y es algo que, según ha anunciado Arias Cañete, será una realidad a
partir del próximo año. En rueda de prensa, la semana pasada, el
ministro anunció que su ministerio ha elaborado un Real Decreto para que
los aceites de oliva y de orujo de oliva, en el hostelería,
restauración y catering, “estén obligatoriamente envasados,
etiquetados y con un cierre que pierda su integridad tras su primera
utilización, debiendo ser además, irrellenables”. El pasado viernes, en
Consejo de Ministros, se aprobó la medida, que entrará en vigor el
próximo enero.
Ganando el pulso a Italia
La Interprofesional del Aceite de Oliva Español nació en 2002 para defender los intereses del sector, pero Pérez reconoce que ha sido difícil poner en marcha una estrategia común para promocionar el aceite de oliva.
“Realmente hasta que no te aprieta el zapato no te pones manos a la
obra”, explica Pérez. “Fue en los años en los que se empezó a ver que
entraban en producción las nuevas plantaciones, después de los años en
que hubo muchas inversiones, y se empezó a ver un incremento de la
producción. Se iba a poner más aceite en el mercado y había que buscar
consumidores para esto”.
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