21 noviembre, 2013

El aceite de oliva chileno seguirá contentando los paladares rusos

El 19 de noviembre, en el restaurante del hotel Metropol la embajada de Chile en la Federación Rusa celebró el Primer Salón de Aceite de Oliva de Chile.
A Rusia llegaban por primera vez para participar en el Salón los representantes de los mayores fabricantes de aceite de oliva de Chile que durante el pasado año 2012 exportaron a los mercados extranjeros 10.000 toneladas de su producto, obteniendo por ello unos ingresos de 36 millones de dólares.
En el evento celebrado en el hotel de lujo Metropol, situado en el mismo centro de Moscú, participaron importadores, distribuidores y periodistas que tuvieron la oportunidad de probar el aceite de oliva de este país tan alejado de Rusia.
De todos es sabido que Chile no es el principal productor de aceite en el mundo. España, Grecia e Italia figuran muy por delante en el desarrollo de este segmento del mercado. Las estadísticas del año pasado demuestran que únicamente la exportación de España ocupa el 60 % del mercado internacional, mientras que Chile únicamente posee un 1 %. Pero los fabricantes chilenos apuestan por la calidad de su producción. 
El representante de los productores chilenos Diego Livingstone, director general de la compañía Agrícola Pobeña, declaró durante su intervención en el Salón que para la producción del aceite de oliva chileno se utilizan las últimas tecnologías, las olivas se recogen con mucho cuidado y el tiempo que transcurre en el recorrido de la oliva desde la rama a la botella de aceite no supera las 24 horas.
En la calidad y el sabor del aceite de oliva chileno juega un papel igualmente importante el emplazamiento geográfico del país, que cuenta al norte con el árido desierto de Atacama, al sur con los hielos eternos de la Antártida, al este con la cordillera de los Andes y al oeste con el océano Pacífico. Estas fronteras naturales protegen al país de los diferentes tipos de plagas y enfermedades como la de la mosca del olivo.
Todos estos factores han contribuido a que el aceite de oliva chileno consiguiera los primeros premios en los más prestigiosos concursos internacionales en países como Estados Unidos (L.A County Fair), Canadá (Olive d’Or), Argentina (Olivinus), Italia (L’extravergine, BIOL Internacional, L’Orciolo d’Oro, Armonia) o China (SialChina).
Los propios chilenos llaman al aceite “oro líquido”, y no se trata de un simple apodo debido a los tonos brillantes de este producto. Este aceite es un auténtico tesoro del país y posee un enorme potencial.
Las variedades de olivas cuidadosamente seleccionadas e importadas de España e Italia, como la Arbequina, la Arbosana, la Frantoio o la Leccino, entre otras, han influido sin duda en el sabor del aceite de oliva de Chile. El resultado ha superado todas las expectativas: el aceite de oliva de Chile ha comenzado a competir con marcas de reconocimiento mundial.
A día de hoy las plantaciones de olivos ocupan 26.000 hectáreas, en el país existen 40 fábricas y el número de exportadores y distribuidores aumenta continuamente. Todos los productores están agrupados en la asociación cooperativa ChileOliva, que aglutina más del 93% del volumen total de producción del país.
El aceite chileno se consume tanto dentro del país como en el extranjero, y su exportación también se incrementa constantemente. En 2012 el país exportó más de 10.000 toneladas de aceite de oliva por valor de 36,2 millones de dólares. Comparado con el año pasado, el crecimiento en términos de volumen alcanzó el 52% y el 49% en precio. Según los pronósticos, hacia 2015 la exportación alcanzará los 100 millones de dólares estadounidenses, lo cual equivale a 25.000 toneladas.

Para la mayoría de los fabricantes chilenos de aceite de oliva, el mercado ruso es una novedad. Esta región comenzó a exportar su aceite a las tiendas de Rusia a finales de 2011, pero la demanda comenzó a crecer a ritmos vertiginosos y ya a finales de 2012 la exportación era cuatro veces mayor, superando los 153.000 dólares. En estos momentos, el principal importador de aceite de oliva chileno es Estados Unidos, que compra tanto aceite embotellado como a granel.
En la actualidad, Rusia ocupa el 28º lugar en la lista de países importadores de producción chilena. En 2012 alcanzó el 0,55 % de la exportación total del país, no sólo en producción de aceite de oliva. Rusia importa muchos otros productos de Chile, tales como fruta, frutos secos, nueces, carne, materia prima para producción de zumos y productos de alimentación infantil. Algunos de los productos que más se importan son el pescado y los mariscos (la trucha, el salmón, los mejillones o el calamar gigante), así como el vino chileno, cuya calidad es apreciada por los rusos desde hace tiempo.

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