A Rusia llegaban por primera vez para
participar en el Salón los representantes de los mayores fabricantes de aceite
de oliva de Chile que durante el pasado año 2012 exportaron a los mercados
extranjeros 10.000 toneladas de su producto, obteniendo por ello unos ingresos
de 36 millones de dólares.
En el evento celebrado en el hotel de lujo
Metropol, situado en el mismo centro de Moscú, participaron importadores,
distribuidores y periodistas que tuvieron la oportunidad de probar el aceite de
oliva de este país tan alejado de Rusia.
De todos es sabido que Chile no es el
principal productor de aceite en el mundo. España, Grecia e Italia figuran muy
por delante en el desarrollo de este segmento del mercado. Las estadísticas del
año pasado demuestran que únicamente la exportación de España ocupa el 60 % del
mercado internacional, mientras que Chile únicamente posee un 1 %. Pero los
fabricantes chilenos apuestan por la calidad de su producción.
El representante de los productores chilenos
Diego Livingstone, director general de la compañía Agrícola Pobeña, declaró
durante su intervención en el Salón que para la producción del aceite de oliva
chileno se utilizan las últimas tecnologías, las olivas se recogen con mucho
cuidado y el tiempo que transcurre en el recorrido de la oliva desde la rama a
la botella de aceite no supera las 24 horas.
En la calidad y el sabor del aceite de oliva
chileno juega un papel igualmente importante el emplazamiento geográfico del
país, que cuenta al norte con el árido desierto de Atacama, al sur con los
hielos eternos de la Antártida, al este con la cordillera de los Andes y al
oeste con el océano Pacífico. Estas fronteras naturales protegen al país de los
diferentes tipos de plagas y enfermedades como la de la mosca del olivo.
Todos estos factores han contribuido a que el
aceite de oliva chileno consiguiera los primeros premios en los más
prestigiosos concursos internacionales en países como Estados Unidos (L.A
County Fair), Canadá (Olive d’Or), Argentina (Olivinus), Italia
(L’extravergine, BIOL Internacional, L’Orciolo d’Oro, Armonia) o China (SialChina).
Los propios chilenos llaman al aceite “oro
líquido”, y no se trata de un simple apodo debido a los tonos brillantes de
este producto. Este aceite es un auténtico tesoro del país y posee un enorme
potencial.
Las variedades de olivas cuidadosamente
seleccionadas e importadas de España e Italia, como la Arbequina, la Arbosana,
la Frantoio o la Leccino, entre otras, han influido sin duda en el sabor del
aceite de oliva de Chile. El resultado ha superado todas las expectativas: el
aceite de oliva de Chile ha comenzado a competir con marcas de reconocimiento
mundial.
A día de hoy las plantaciones de olivos ocupan
26.000 hectáreas, en el país existen 40 fábricas y el número de exportadores y
distribuidores aumenta continuamente. Todos los productores están agrupados en
la asociación cooperativa ChileOliva, que aglutina más del 93% del volumen
total de producción del país.
El aceite chileno se consume tanto dentro del
país como en el extranjero, y su exportación también se incrementa
constantemente. En 2012 el país exportó más de 10.000 toneladas de aceite de
oliva por valor de 36,2 millones de dólares. Comparado con el año pasado, el
crecimiento en términos de volumen alcanzó el 52% y el 49% en precio. Según los
pronósticos, hacia 2015 la exportación alcanzará los 100 millones de dólares
estadounidenses, lo cual equivale a 25.000 toneladas.
Para la mayoría de los fabricantes chilenos de
aceite de oliva, el mercado ruso es una novedad. Esta región comenzó a exportar
su aceite a las tiendas de Rusia a finales de 2011, pero la demanda comenzó a
crecer a ritmos vertiginosos y ya a finales de 2012 la exportación era cuatro
veces mayor, superando los 153.000 dólares. En estos momentos, el principal
importador de aceite de oliva chileno es Estados Unidos, que compra tanto
aceite embotellado como a granel.
En la actualidad, Rusia ocupa el 28º lugar en
la lista de países importadores de producción chilena. En 2012 alcanzó el 0,55
% de la exportación total del país, no sólo en producción de aceite de oliva.
Rusia importa muchos otros productos de Chile, tales como fruta, frutos secos,
nueces, carne, materia prima para producción de zumos y productos de
alimentación infantil. Algunos de los productos que más se importan son el
pescado y los mariscos (la trucha, el salmón, los mejillones o el calamar
gigante), así como el vino chileno, cuya calidad es apreciada por los rusos
desde hace tiempo.
Fuente:rusiahoy.com
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