Cabe mencionar que desde un día antes se sabía de la realización de dicha visita de inspección, por lo que los encargados del rancho olivarero tuvieron tiempo de mejorar las condiciones del lugar, pero lo que no pudieron ocultar fue el área de dormitorios, con una serie de literas tipo cárcel que están a la intemperie sobre una plancha de cemento.
Los inspectores de la Secretaría del Trabajo dieron cuenta de ello y tomaron fotos de las instalaciones recién limpiadas.
Ellos fueron recibidos por Eduardo Ferrara Villarreal, representante legal de la compañía y encargado del rancho, quien facilitó el paso a las autoridades para que realizaran la revisión en las instalaciones que lucían inmaculadas y que diferían mucho de las condiciones denunciadas por más de 40 jornaleros que se salieron en forma subrepticia y arriesgando sus vidas para cruzar el desierto de la Laguna Salada a pie, siendo rescatados por el Grupo Beta.
Dicha plantación está ubicada a 43 kilómetros al sur de la carretera Mexicali-Tijuana, a la altura de la entrada del Cañón de Guadalupe, a donde ya habían acudido en varias ocasiones elementos del Grupo Beta, quienes indicaron que el área de la cocina estaba en muy mal estado y era evidente la falta de higiene, incluso la comida estaba depositada en el piso, pero en esta ocasión lucía muy diferente.
Ferrara Villarreal les dijo a los visitantes que no era un rancho esclavista como se ha manejado, incluso los trabajadores son libres de abandonar la empresa cuando así lo deseen y en ese momento cuatro jornaleros le tomaron la palabra y solicitaron su traslado a Mexicali, siendo en ese momento pagados los adeudos que tenían.
Fuente:www.oem.com.mx
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