
Directrices, todas ellas que no han sido corregidas, por lo que Asaja considera que la Ley nace de espaldas a las necesidades de los olivareros y no frena en seco los problemas que atañen gravemente al olivar, al contener falta de directrices, así como llevar aparejada un presupuesto y dejar todo a la redacción posterior de un Plan Director.
Desde Asaja se vuelve a reiterar que el sector requiere medidas inmediatas, y también eficaces, que atiendan a la modernización y reconversión urgente del olivar, la vertiginosa caída en los precios, y que promueva, entre otras cuestiones, la integración de todo el mapa cooperativo con el fin de unificar la oferta, destacando además que el anteproyecto es claramente proteccionista.
Tras analizar el texto final presentado al Parlamento y aprobado por el Consejo de Gobierno, Asaja ha encontrado pocas diferencias con los documentos previos, a pesar de las alegaciones anteriormente indicadas, a las que se unió el voto en contra de los agentes económicos en el Consejo Económico y Social de Andalucía. Así, Asaja entiende que se mantienen preceptos vacíos de contenido, otros que se duplican, o inclusión de estipulaciones superfluas. En este sentido, en cuanto a la definición de olivar tradicional (artículo 15) -una de las críticas más importantes emitidas por Asaja-, han cambiado la frase “al cultivo históricamente en Andalucía”, por “al cultivado con técnicas agronómicas tradicionales en Andalucía”, sin siquiera definir cuáles son esas técnicas tradicionales, lo cual genera una importante inseguridad jurídica.
Por tanto, la crisis que atraviesa el olivar no permite asegurar que la nueva Ley mejore la competitividad, sobre todo con precios que se mantienen por debajo del umbral de la rentabilidad.
Sigue:teleprensa.es
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