Un grupo de investigadores ha conseguido secuenciar el genoma de la bacteria que causa la tuberculosis al olivo, lo que permitirá diseñar estrategias para combatir esa enfermedad.
El trabajo lo han llevado a cabo investigadores de las universidades Politécnica de Madrid, de Málaga, Pública de Navarra, Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) y de la Universidad de Wisconsin (USA).
Los científicos han logrado secuenciar el genoma del "pseudomonas savastanoi", agente causal de la tuberculosis del olivo, una enfermedad que provoca elevadas pérdidas económicas en el cultivo del olivar en España, ha informado hoy la Politécnica de Madrid.
Los árboles afectados muestran tumores (verrugas) que llevan a alcanzar varios centímetros de diámetro en troncos, ramas, tallos y brotes, y muestran menos vigor y un ritmo de crecimiento también más bajo, y acaban siendo improductivos cuando el ataque llega a ser muy intenso.
Debido a la ausencia de métodos eficaces de control, hasta ahora ha sido necesario establecer una estrategia de lucha preventiva, reduciendo las poblaciones de bacterias mediante tratamientos fitosanitarios con cobre y utilizando variedades poco sensibles.
La Universidad Politécnica de Madrid ha destacado que la necesidad de producir alimentos suficientes para la creciente población mundial es un reto acuciante para la agricultura del siglo XXI, y que se debe además acometer de forma sostenible, más respetuosa hacia el medio ambiente y con mayores niveles de seguridad.
Así, las enfermedades vegetales causadas por microorganismos patógenos disminuyen la producción y pueden alterar la calidad de los alimentos y disminuir drásticamente el valor comercial de las cosechas.
Este trabajo supone la primera secuenciación del genoma de una bacteria patógena de plantas llevada a cabo en España y aporta el primer genoma conocido de una Pseudomonas patógena de un árbol frutal, el olivo, a nivel mundial.
La mayor parte de los análisis se ha realizado en el Centro de Biotecnología y Genómica de Plantas de la Universidad Politécnica de Madrid.
Los resultados de la investigación se han publicado en el número correspondiente al mes de junio de la revista Environmental Microbiology, que edita la Sociedad Americana de Microbiología.
Fuente:abc.es
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