La Dirección General de Consumo de la Junta de Andalucía, dirigida por la montoreña Ana María Romero, comienza una campaña de inspección en los puntos de venta al público de Córdoba y Jaén. Se trata de controlar la posible existencia de alteraciones, adulteraciones o fraudes. Cien aceites de oliva serán objeto de análisis entre mayo y junio
Aunque siempre suponiendo la presunción de inocencia, y esperando que así sea, en los últimos tiempos se están generando unos precios de venta al público que hacen difícil entender los márgenes de los distintos actores del mercado. Vírgenes extras envasados, distribuidos y puestos a disposición del público en pulcros envases a precios inferiores que el propio granel hacen sospechar al sector productor que algo no encaja.
Cierto es que existen razones ajenas al puro mercado que pueden explicar, que no justificar, estas ventas a pérdidas como es la utilización del aceite de oliva como producto gancho, pero también es cierto que nunca está de más comprobar que cada gota de zumo de aceituna que se ofrece al consumidor cumple rigurosamente con lo indicado en su etiqueta. Y en este sentido tenemos que aplaudir que la administración autonómica haya comenzado una campaña de inspección que comenzará en Córdoba y Jaén pero que esperemos que se generalice y que aumente su frecuencia.
Según informó la Junta en un comunicado, los inspectores comprueban que se cumple la prohibición de comercializar productos a granel, se verifica que la capacidad de los envases almacenados y puestos a la venta se adapta a la normativa y que los precintos quedan inutilizados al abrir los envases. Mediante esta campaña también se controlará la trazabilidad del producto en venta, que es la trayectoria que ha seguido en la cadena de suministros.
En el laboratorio de la Consejería de Agricultura se estudiarán las características químicas de los aceites que se sometan a estudio, como es la acidez o el perfil de ácidos grasos. Además, se cotejará si el contenido de los envases se corresponde con el del producto anunciado en la etiqueta, ya que de lo contrario se incurre en un fraude que conllevaría la correspondiente sanción administrativa derivada de la normativa que protege a los consumidores y usuarios.
Esta campaña incluye 25 inspecciones en la provincia de Jaén para controlar el etiquetado de envases de distintas capacidades y tomar muestras del producto que contienen. El 90 por ciento de estas actuaciones se harán con aceites de oliva 'virgen extra' o 'virgen'.
Los inspectores de Consumo harán controles en comercios detallistas de alimentación, en medianas y grandes superficies y en tiendas especializadas en la venta de aceites. Harán especial hincapié en marcas en las que se haya confirmado adulteración del producto en campañas de inspección anteriores. Prestarán también especial atención a marcas con poca implantación en el mercado y que se vendan a un bajo precio.
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