“El nivel de polen de olivo será extremo”

Si en estos días ha comenzado a notar picor nasal, agüilla profusa, estornudos y obstrucción de la nariz; picor o hinchazón, lagrimeo y sensación de arenilla en los ojos; pitidos en el pecho, expectoración, tos y fatiga; y, en general, cansancio, depresión y fiebre, es usted uno de los 20.000 jienenses, aproximadamente, que tienen alergia al polen del olivo y que durante este mes podría pasarlo muy mal. Según un estudio realizado por el alergólogo jienense Victoriano Peralta Prieto a 5.000 escolares de la capital jienense, entre un 12 y un 14 por ciento de ellos padece alergia al polen del olivo, es decir, a las oleáceas, que se completan con el fresno, el aligustre o el jazmín. En las zonas geográficas de grandes cultivos, como Jaén, pueden sufrir episodios de alergias al polen de olivo entre un 30-40% de los individuos que son sensibles a alergias en general.
Durante el fin de semana los niveles de polen de olivo en el aire aún no eran altos (11 gramos por metro cúbico), si bien Victoriano Peralta afirma que todo hace pensar que los niveles “serán extremos”. “Este año hay agua en el suelo para que las plantas no estén tristonas y no ha habido heladas, por lo que las condiciones del campo para el olivo y cerales son idóneas para que haya una cosecha espectacular”, apunta Peralta, que por otro lado, recuerda que cada aceituna es una flor ahora. “Si se espera el doble de cosecha que este año, hay el doble de flores”. De todos modos, considera que no tiene demasiado sentido hablar de diferencias entre un año y otro ya que en una zona, como Jaén y su provincia donde hay 50 millones de olivos, “nunca hay años buenos”. Las molestias y los síntomas de las alergias al polen del olivo aparecen a partir de 100 gramos por metro cúbico, por lo que entre 4.000 o 10.000 gramos por metro cúbico no existen diferencias alentadoras.

Prevención
No obstante, suele ser más peligroso no tomar medidas cada año. “Estoy seguro de que el cincuenta por ciento de los pacientes de mi consulta no vendrán, porque aquí sólo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena”, lamenta el doctor Peralta, que tampoco entiende porqué las administraciones sanitarias no diagnostican las alergias y buscan su origen en lugar de tratarlas con medicamentos. Los años de investigación y trabajo de Victoriano Peralta le han hecho muy pragmático y no entiende polémicas como que las mascarillas no sirven o que las vacunas no son buenas.
“Las vacunas hiposensibilizantes funcionan y es incomprensible que haya una propaganda en contra. La Organización Mundial de la Salud informa de que el único tratamiento que modifica el curso desfavorable de la enfermedad es la vacuna”, afirma tajante.
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