Las cotizaciones se hunden hasta los 1,70 euros por kilo, la tasa necesaria para que la Unión Europea active el procedimiento del almacenamiento privado
Por si había alguna duda, el sector olivarero cordobés atraviesa una crisis de precios histórica y de dimensiones casi catastróficas. Los últimos partes de precios tanto de la patronal agraria Asaja como de la propia Consejería de Agricultura coinciden en que el coste en origen de un kilo de aceite de oliva está en los niveles más bajos desde hace ocho años.
En concreto, el precio de un kilo de aceite virgen extra se ha liquidado esta semana en 1,69 euros, según el informe de coyuntura de la Delegación de Agricultura. La Lonja de Asaja es algo más optimista y habla de una horquilla de entre 1,70 y 1,73 euros. En agosto de 2001, el coste en origen de un kilo de zumo de aceituna era de 1,69 euros, exactamente el mismo que en la actualidad.
Los precios han agravado su desplome durante esta semana por la necesidad que tienen los productores de obtener liquidez. Las almazaras están agotando sus reservas financieras y necesitan vender aunque sea a precios bajos. Esta urgencia coincide con una demanda muy escasa, según apunta en su informe la propia Consejería de Agricultura.
Con estos precios y si se mantienen durante un mínimo de dos semanas, la Unión Europea sí que está obligada a intervenir de forma directa en el mercado del aceite de oliva. Según una normativa comunitaria de 1997, cuando los precios del aceite de oliva bajan de 1,70 euros durante dos o más semanas se tienen que activar medidas de protección del sector. Éstas pasan por financiar con dinero público los costes del almacenamiento privado en las almazaras. Con esta medida, se pretende que las almazaras no se vean en la obligación de malvender su aceite y retenerlo hasta que la demanda del mercado sea más fuerte, lo que obligaría a recuperar los precios.
El coste en origen del aceite de oliva ha sufrido fuertes vaivenes en las últimas campañas. De hecho, en el año 2006 se llegó a disparar y algunos productores llegaron a cobrar hasta 4,50 euros por kilo. Mientras, tanto en 2007 como en 2008 los precios se mantuvieron estables y cotizaron a una media de 2,5 euros por kilo. Sin embargo, con el inicio de la campaña, con un stock excesivo en las almazaras y con una demanda a la baja, este año los precios están sufriendo un desplome histórico que amenazan con dejar en la ruina a miles de familias que viven de la producción de aceite. De hecho, las organizaciones agrarias calculan que el umbral de la rentabilidad en un olivar que no recibe subvención está en los 2,40 euros, aproximadamente. Por tanto, las liquidaciones actuales sitúan a los productores cordobeses en números rojos.
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