España es el primer productor de aceituna del mundo y el primer exportador de aceite a granel, pero no es el primer exportador de aceite de oliva envasado. Una situación muy similar a lo que ocurre en el mercado del vino, en el que España es uno de los primeros productores del mundo, pero sólo dedica un 33% de la producción a vinos con denominación de origen.
En el caso del aceite por delante de España aparece Italia, que cultiva mucho menos aceituna, pero que la compra de forma masiva a España (el 43,1% de la producción nacional a granel), la embotella y etiqueta como si fuera producto italiano y los vende en sus tres grandes mercados de exportación (Canadá, EE UU y Japón), en los que tiene cuotas de mercado por encima del 60%.
La escasa proporción de aceituna española que se dedica a aceite envasado y la escasa comercialización en mercados exteriores es la que le ha permitido a Italia mantenerse en una posición de privilegio exportadora, ya que las ventas de aceite envasado italianas duplican a las españolas, según los datos de Asoliva, asociación que aglutina entre el 85% y el 90% de los exportadores nacionales.
Pero esta situación está empezando a cambiar, según reconoce José Pont, presidente de la asociación. 'En 2002, las exportaciones españolas de aceite envasado fueron de 76.140 toneladas, mientras que las italianas eran casi cuatro veces superiores al superar las 260.000 toneladas', asegura. En cinco años, la situación se ha revertido, ya que las exportaciones de los socios de Asoliva se han duplicado y han superado las 150.000 toneladas, recortando hasta 100.000 toneladas la diferencia con Italia.
En esta primera victoria en la guerra del aceite ha tenido mucho que ver la irrupción de países emergentes, como Brasil, Rusia, India o China, con unos mercados potenciales de consumidores de 2.600 millones de personas, en los que el aceite español ha tenido muy buena aceptación y ha conseguido una cuota de mercado muy superior a la de Italia.
Un buen ejemplo es Brasil, donde la cifra de consumo de aceite de oliva (0,2 litros por habitante) es mucho más baja que la española, que llega a los 12,7 litros. Según un informe de la Oficina Comercial Española en Brasil, el consumo de aceite de oliva, con un mercado de 180 millones de habitantes, está en clara expansión, debido a que todo el aceite que se consume es importado.
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