CURSO de Verano EN VALENCIA en la UIMP
Fecha:09/07/2007 al 13/07/200Las principales causas de mortalidad tienen un origen multifactorial, que a menudo es consecuencia de la interacción entre los antecedentes genéticos y los factores medioambientales. Entre estos últimos, la dieta quizás constituya el factor más relevante. Durante las últimas décadas, una investigación muy activa ha demostrado la larga serie de efectos biológicos inducidos por los distintos nutrientes y alimentos. Últimamente, se ha centrado la atención en un enfoque más holístico sobre la dieta que incluye tanto componentes de salud como de placer. En este sentido, el patrón dietético mediterráneo se está redescubriendo como uno de los que mejor satisfacen las necesidades de nutrición y de satisfacción.
Una de las características mejor conocidas y más importantes de la dieta mediterránea es la presencia del aceite de oliva virgen como la principal fuente de grasa. A diferencia de otros aceites vegetales (girasol, soja, colza,...), el aceite de oliva virgen es un zumo natural de las aceitunas que frente a los procedentes de dichas semillas, no ha de ser refinado ni sometido a ningún tratamiento químico antes de su consumo. Por ello, y como se envasa sin ningún aditivo, se presenta al consumidor con su composición original, al contrario de lo que sucede con el resto, que se modifican durante el proceso de preparación. Por consiguiente, el aceite de oliva virgen no sólo constituye una fuente de ácidos grasos de gran valor nutricional, sino que además proporciona cientos de micronutrientes, principalmente antioxidantes, entre los que se incluye los compuestos fenólicos, la vitamina E, los carotenos y el escualeno.
Pero, además de la dimensión saludable del aceite de oliva, este alimento se ha expresado a través de las costumbres y de las formas de vida de las poblaciones olivareras, en las que ha dejado una honda huella. El aceite de oliva ha sido también una fuente continua de inspiración cultural que ha trascendido el ámbito geográfico en el que se desarrolla el cultivo del olivo. Por esta razón, una gran parte del sustrato histórico y artístico de los países que rodean la cuenca mediterránea, no se puede concebir sin pensar en el aceite de oliva como fundamental referente.
Por otra parte, a todo ello hay que añadir el que el aceite de oliva ha sido clave en el comercio, el desarrollo y el sostenimiento económico de los pueblos y los países de la cuenca mediterránea, de modo que se puede afirmar que ni nuestro bienestar, ni nuestra cultura, ni nuestra economía serían las mismas sin el ancestral cultivo del olivo.
UIMP Universidad Internacional Menéndez Pelayo
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